Capítulo 10: " Los 4 elementos"

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Han pasado tres semanas desde la última vez que vi a Simon. A veces pienso que no le permiten venir y otras que no quiere. Aún sigo sin saber nada de Luke y los chicos; Lionel no apareció más por estos rumbos.

Hace poco trajeron unos prisioneros aquí. Se escuchan llantos, en las noches frías aquí. Nos dan la comida y agua, pero no es suficiente, muchas veces vienen los guardias y nos cuentan como está la situación afuera. Dicen que es un caos desde que Slaro apareció. En la Tierra se ve a un montón de reprimidos frustrados y con mucha violencia, aún más de lo que estamos acostumbrados de ver.

Escucho la puerta principal abrirse, cortando mis pensamientos, seguramente es el guardia que nos trae la comida, ya que es la hora del almuerzo. Logro ver entre las rejas que era una mujer con vestimenta en tonos verdes. Sé acercó a mi reja y me miró fijamente a los ojos, descendió su mirada a mis pies como si estuviera escaneándome por completo; me aleje de esas franjas que nos dividían.

-No temas, pequeña-dijo con voz dulce, haciendo que me volteara hacia ella.

La analicé un poco, no lucía con malas intenciones y su mirada desprendía una paz que me daba tranquilidad, supe que podría bajar la guardia con ella.

-¿Quién eres?-pregunte con intriga.

-A caso ¿no es obvio? -respondió girando sobre sí misma, desprendiéndose así unos destellos.

-Lo lamento. No sé quién eres-afirme

-Soy la Diosa de la Tierra, Meira, Madre Naturaleza o como tú desees nombrarme-sonriendo.

La mire sorprendida, no me lo esperaba.

- ¿Qué haces aquí, Diosa? - pregunte estupefacta.

-Me han contado todo lo que habéis hecho con Simon. Y venía a decirle que estoy orgullosa del valor que tuvo para hacerlo-

La mire, sopesando sus palabras, no podría ser solo eso, con la situación afuera que se arriesgara así para venir a darme unos halagos, no cuadraba.

-Es un verdadero honor escuchar que me haya dicho esas palabras, pero no creo que solo haya venido a decirme eso-

Me miró una leve sonrisa, como si hubiera dado en el clavo.

-Estas en lo correcto, he venido a ofrecerte ayuda-

-¿A mí?- respondí desconcertada.

-Claro, ¿acaso hay alguien más contigo en la celda? – mirando dentro de donde me encontraba.

-No, solo que me sorprendió al escucharla ofrecer su ayuda-

-Piénsalo, tú estás en una situación complicada y no creo que salgas tan fácilmente sin mi ayuda...además, no seré la única en ayudarte.

-¿Quién más querría intervenir?-

-Todos los dioses de los elementos hemos oído tu historia y nos ha parecido injusto que te encerraran por algo tan valiente que has hecho-

-¿Y cómo me sacarían de aquí?- pregunte curiosa.

-Tranquila, de eso nos ocupamos nosotros, tú solo responde ¿aceptarías hacer lo que te digamos sin contradecirnos y así quedar libre?-

-Acepto-respondí sin ninguna duda.

La diosa sonrió apartándose de las rejas, y en un segundo para otro estas se esfumaron convirtiéndose en polvos mágicos con pequeños destellos. Al salir vi a la diosa esperándome con los brazos abiertos, la abrace sintiendo como una inmensa tranquilidad me recorria. Ella mirándome me dijo.

Atlantes: " El anillo del elegido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora