Capítulo 12: "The red storm is coming..."

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-No te pido que me perdones ni que me entiendas, sólo quiero que me escuches -dije pasando una mano por mi rostro, en señal de frustración. Esta situación me agoto física y mentalmente, no me había preparado para esto.

-Te escucharé con la condición de que luego te vayas por dónde viniste y nunca más regreses- dijo sentándose en su cama. Cerró los ojos por un momento tirando su cabeza hacia atrás, mientras soltaba un largo suspiro. No era la única que la estaba pasando mal al parecer.

Respire profundo, llenando de aire mis pulmones, esto no iba a ser nada fácil. Me pare enfrente a él mirándolo fijamente, quería que viera en mis ojos que era sincera, que no quería perjudicarlo.

-Está bien-solté con un tono bajito.

-Te escucho-respondió el mirándome duramente, como si realmente fuera una molestia.

-Luego de todo lo que sucedió, me llevaron a prisión por haber revelado que era un ángel. Fueron cinco días, cinco largos días en los que no sabía que pasaba en el exterior, con los chicos...contigo-dije esto último mirando mis pies, no quería que viera cuanto estaba sufriendo -tal vez no parezca mucho, pero para mí fue una eternidad. Estuve encerrada hasta que los dioses de los elementos me liberaron, y creas o no, lo primero que hice es venir a verte-terminé de contarle todo lo que había sucedido, sintiéndome un poco mejor de que supiera que no lo había abandonado en todo este tiempo.

Luego de escuchar todo atentamente, veo como sus ojos desbordaban duda, como si no se lo creyera del todo. No lo culpo, es un mundo totalmente nuevo para él.

-Todavía no entiendo ¿cómo es que eres un ángel, ¿dónde están tus alas? ¿Y tú aureola? - mientras se pasaba ambas manos por su rostro y recargaba su cabeza sobre ellas, en señal de desaliento.

-Ese es el estereotipo que, ustedes los reprimidos crearon de nosotros. Las alas solo las tienen los más avanzados y corona los sabios de algún tipo-respondí, era normal que preguntara, supongo que muchos deben de pensar que somos así.

-no me imagino un ángel sin alas-replico saliendo de su ensimismamiento.

-No todo lo que has leído o visto sobre ángeles significa que sea verdad, puedes verme y no cumplo con esa descripción-

Me miró, como si poco a poco fuera procesando mis palabras y comprendiendo.

-De todas formas, mi madre ¿qué tiene que ver con todo lo que está sucediendo? -

-tu madre era un ángel muy sabio, que fue engañada por un demonio muy astuto y malvado que se hizo pasar por un ángel. Éste le robo su corazón. Su nombre era Stefano. Ella se casó con el sin saber que era, su plan era unir la fuerza del bien y mal, y una vez que lo logró puso todo ese poder dentro de un anillo, que poseía tu madre, volviéndolo así muy valioso para nosotros, los ángeles-termine de contarle todo lo que era relacionado a su madre, sabía que se le haría difícil de creerme, pero era la verdad.

- ¿y luego qué? –espeto con rudeza.

-luego tu padre intento arrebatarlo de las manos de tu madre, pero ella que ya lo había descubierto, se lo dio a su hijo, es decir a ti. Pasaron siglos y fuiste criado en nuestro mundo donde el tiempo pasa más lento. Llegó un momento en dónde decidimos dejarte en la Tierra acompañado por un ángel-

- ¿quién era ese ángel? -

-no lo sé- respondí.

- ¿algo más que agregar? -

Atlantes: " El anillo del elegido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora