El Cielo del Mar•[KHR]•

Capitulo 4

[Dos días después]
(Londres,Inglaterra)
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Aeropuerto

Un jet privado abría sus puertas dejando salir a aquellos que venían en su interior, estos eran las familias mafiosas Vongola, Cavallone, Shimon y Millfiore. Por otro lado el líder de CEDEF y los Varia se unían a ellos minutos después de haber aterrizado.

De acuerdo a las indicaciones de los Campell alguien llegaría a recibirlos y llevarlos directo a la mansión, todos miraban a distintos lados para buscar con la mirada a una persona que tuviera el mismo aura que ellos.

-Veo que llegaron sanos y salvos- Una mujer de aproximadamente 33 años se acercaba a un paso lento hasta a ellos, vestía un uniforme de sirvienta y ella acompañada por un hombre de su misma edad vestido de mayordomo. -Mi nombre es Lutecia y el es Emil, seremos quienes los lleven a la mansión de la familia.-

Ambos dieron una reverencia y giraron para dirigirse a la salida, con un gesto de mano el hombre albino Emil, les pidió seguirlos.

El camino hasta la salida fue bastante silencioso, no hubo palabras por parte de la mujer, ni por parte del hombre. Al salir, unas limusinas les esperaban, abrieron las puertas de estas para dejar que los invitados de sus amos entraran.

-Esperamos disfruten el corto viaje a la mansión- Las puertas fueron cerradas apenas el ultimo miembro entro, una última reverencia fue dada antes de que los coches se movieran.

-Eso fue bastante incomodo...- La pelirroja Nao fue quien hablo.

-Sus caras de seriedad daban un poco de miedo...- la décima tormenta Vongola de igual manera comentó.

-Era como apuñalarnos con la vista- el siempre despreocupado castaño tenia ahora una pisca de seriedad en su expresión.

Las quejas de aquellos tres fueron escuchados por guardián de la nube, quien intentaba dormir un poco, este saco sus tonfas amenazando la integridad de los anteriores mencionados.

-Los mordere hasta la muerte- Soltó su típica frase preparado para moler a los quejicas.

Fue calmado por el Jefe Cavallone que estaba justo a un lado de él.

-Vamos Kyoya, solo ignoralos- Puso una mano en su hombro para hacerlo retroceder, cosa que sorpresivamente funciono.

Nuevamente el silencio comenzó a reinar en el interior de la limusina, la novena generación solo observaba las acciones de la décima. Varia ignoraba a los demás, los Shimon se encontraban en otra limusina con los Millfiore, los cuales si mantenían una grata conversación sobre planes a futuro.

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(Minutos después)

Los oscuros portones de la mansión ya se podían visualizar, estos se abrieron de manera automática al sentir, los sensores la llegada de ambos vehículos.

Las familias bajaron sus ventanas para observar la mansión, más parecida a un castillo.

A simple vista podrías pensar que ahí vivía la realeza, la imponente mansión de siete pisos con las grandes torres en algunas esquinas y otras conectadas a la mansión.

Las expresiones de la décima y algunos de sus guardianes no se hicieron de esperar, estaban tan asombrados con tal majestuosidad de edificio, parecía sacado de un cuento o una película.