Capitulo 12

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(1 día desde la alianza)
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La servidumbre se movía desde temprano, pues tenían que preparar todo para el banquete de esa noche en honor a los invitados de sus amos.

Se habían repartido en varios grupos, los que comprarían los ingredientes, los que limpiarían el comedor, los que se encargarían de todos los cubiertos y por supuesto algunos que ayudarían en la cocina.

Tenían planteado preparar carne, pero al hacerlo tendrían que usar demasiada por el gran amor de el hijo de Nono por la misma.

No sabían los gustos de cada persona que tenían de invitados, pero sabían que había algunos japoneses por lo que también acordaron preparar sushi.

Pero no podían olvidarse de algo.

Cumplir con los gustos de los guardianes de Campell, comenzando por Seina, quien amaba las ensaladas. Tsuru quien puede comer hasta cinco porciones de lasaña, Jun con sus mariscos, Nozomi con la extraña forma de su comida cuando la pide.

Si agradecían algo era no tener a la mayoría de la división de Eiji en la mansión, pues solo se encontraban los sustitutos y los oficiales de la división de Ena, la misma Ena y su gemela Erina, quien de cariño era llamada Eri.

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Varias horas habían pasado ya, la mayoría de la servidumbre terminaba sus tareas, daban pequeños aperitivos a los invitados y se mantenían al tanto de sus amos.

Una pequeña campana sonó en la sala de reunión para los trabajadores de la Mansión. Todos llegaron a paso rápido y sin retardos, pues quien usaba esa campana era nada más y nada menos que la sirvienta principal Lutecia, junto al mayordomo en jefe, Emil. Ambos con años de experiencia en el trabajo y tiempo de estar en esa casa, a los lados de ellos, Alice la sirvienta personal de Nozomi, Teo el ayudante de Hoshi, Luán la recadera de Den y Karl, quien podría decirse era el niñero de Seina, pues debía cuidar que esta no se perdiera en sus misiones o en la mansión misma.

Ya que todos están reunidos podemos comenzar. Saben que tenemos el banquete de bienvenida para los invitados de Ena-sama y las demás. — Comenzó la mujer un tanto mayor. —Todo debe salir a la perfección, además que se tiene la intención de revelar información sobre el caso de gran importancia que concierne a las señoritas.—

—De aquí no saldrá ninguna palabra sobre aquello, a los ojos de esas personas, sólo somos la servidumbre de esta mansión y por consiguiente no sabemos nada. Pero recuerden, que antes de ser sirvientes somos militares— Una pequeño recordatorio, muchos  solían acostumbrarse demasiado a sus vidas nuevas y olvidaban las antiguas.

El sol comienza a ponerse, agradezco su esfuerzo por tener todo listo desde primera hora de la mañana, de las tres mansiones restantes nos encargaremos nosotros. Eiji-sama ha acordado darles unos cuantos días libres en cuanto regrese de su viaje— Pequeños gritos de emoción se escucharon al terminar las palabras de Lutecia, agradecían a su amo el poder tener tiempos de descanso extensos cuando regresaba de un viaje lejano.

La campana en manos de la mayor sonó de nuevo, todos se separaron a colocar todo en su respectivo lugar.

El banquete se llevaría a cabo en cuanto el sol baja por completo.

El Cielo del Mar•[KHR]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora