Gargoth era un chico en la tierna edad de 19 años, era un chico de estatura media , tenía el pelo largo , ondulado y moreno, como el color de sus ojos, vivía en una granja con sus padres y su abuelo a las afueras de la ciudad de Eindel, una ciudad de humanos que estaba no muy lejos de allí. Todas las mañanas muy temprano, Gargoth practicaba con una espada de madera que había hecho con ramas de un árbol antes de ponerse a trabajar en la granja. Practicaba porque en el fondo no quería ser campesino , ni granjero, !El quería ser un aventurero! Quería vivir mil vidas en una sola, viajar a lugares misteriosos y explorar nuevos lugares, quería vivir como lo había hecho su abuelo el cual, le contaba las tan ansiadas historias de sus aventuras. Historias donde aparecían elfos , gnomos , brujos y otras fantásticas criaturas que su abuelo había conocido en sus innumerables viajes a lo desconocido y que Gargoth ni siquiera había visto más allá de los dibujos que le mostraba su abuelo. Pero, últimamente su abuelo estaba distante. En estas ultimas semanas estaba muy callado...vacío, ya no contaba historias desde hacia varios días, lo único que hacia ahora su abuelo era pasar las horas mirando por el ojo de buey de la buhardilla de la parte superior de la granja, pasaba horas y horas con la mirada vacía, perdida en la distancia del paisaje o en el denso bosque cercano a la granja. Gargoth estaba muy preocupado por su abuelo, y decidió que hablaría con él esa misma noche después de que todos se hubieran acostado, él, iría a buscarle a la buhardilla.
