Love is chaos at the end

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No quiero que me gustes tanto como creo que lo estás haciendo. No quiero que me mandes canciones que me confunden más de lo que ya estoy al no entender lo que pasa entre nosotros y lo que está pasando conmigo, porque simplemente estoy perdido como siempre, y no sé si son las cosas como las pienso o sólo es mi imaginación, porque siempre es eso cuando me pasan estas cosas.

Pero a final de cuentas, lo acepto, y lo confieso a alguien a quien no creo le haya importado, o tal vez le importó, pero yo ya no formo parte de su vida como solía hacerlo en ese verano.

En fin, decido buscar una canción que tratara de expresar lo que yo estaba sintiendo, y la mandé, y tú mandaste una canción que sólo consiguió confundirme aún más, a tal punto que consulto a mi maestro de bajo, el cual dice: pregúntale directamente qué quiso que notaras en la canción.

Ella estaba ahí, pero sólo río y me alenta a mandarte ese mensaje. Lo mando, diciendo los elementos de la canción que son sencillos, complejos y extraños a la vez, pero tu respuesta es: sí, quería que te fijaras en las armonías.

El maestro dijo algo gracioso pero a la vez decepcionado porque su consejo no había funcionando, ella sólo reía y yo igual, pero me sentía mal porque quería que sintieras lo mismo que yo estaba empezando a experimentar por primera vez.

El verano acaba y regresamos ambos a la tortura de las escuelas, pero creo que agradezco eso porque sino, no te hubiera mandado aquel mensaje.

Mis amigas ayudando, yo muriendo de nervios hasta que lo sueltas.

También me gustas tú.

No presto atención a geografía, quiero que hablemos de lo que pasa, quiero decirte que quiero estar contigo pase lo que pase, pero siento que es muy pronto, y es verdad.

Pasa una semana, donde hago detalles insignificantes, pero grandes para ti. Y justo la noche del 28 de septiembre te mando un vídeo, y al final me animo a hacerte la pregunta que cambia todo. Allá es 29, y aún así, tu contestación fue afirmativa, haciéndome feliz.

Tres meses donde ambos hemos estado felices, donde no dejo de decirte que te quiero, te necesito y que te escribo mis poesías baratas, mientras tú haces tu arte, aparte de que lo eres, siendo una estrella brillante entre varias que no brillan tanto como lo haces tú con la luz propia.

Pero debo admitir que a veces tengo miedo.

Miedo de que nos hagamos daño.
Miedo de que alguien te aparte de mí.
Miedo de no sostenerte con fuerza algún día.
Miedo de no llenarte tanto de amor como quiero.

Todo el miedo se va cuando me haces saber que quieres estar junto a mi sin importar nada. Sin importar las consecuencias, sin importar los defectos que ambos tenemos y mucho menos que algunos digan que esto no da para mucho.

He hecho que mi mundo gire alrededor de ti, que ahora mis canciones tengan más esencia, que mi creatividad florezca gracias a ti.

He hecho de ti mi musa y mi arte.
He hecho que todas las canciones de amor sean sobre ti, y que las canciones que tú amas, las ame yo.

Has hecho de mi vida algo mejor y no te puedo amar más por eso.

Gracias por no dejarme a la deriva.

Poesía y escritos baratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora