La voz de Kurt Cobain sonaba fuerte en la habitación mientras yo me concentraba en el techo como si fuera lo más grandioso del universo, aparte de que las canciones me hacían sentir un poco acompañado, a pesar de la tremenda soledad en la que me sentía hundido. Esa sensación se parecía a la de estar rodeado hasta el cuello de agua, buscando estirarlo un poco más en busca del aire que poco a poco se iba de tus pulmones. Era una sensación difícil de aniquilar, porque ella acababa primero contigo, así que la hija de puta era lista.
Estiré un poco mi mano y tomé la botella de vodka que yacía a un lado de mi cama para después darle un largo trago, dejando el líquido fluir por mi garganta, está siendo quemada un poco, pero vaya que disfrutaba ese pequeño ardor, aquel que me hacía saber que aún tenía vida. Una vida tan frágil y sin sentido que se habían encargado de pisotear una y otra vez hasta que me rendí. Ya no quería intentar ser mejor, simplemente dejaba el tiempo pasar y yo hacía las cosas en automático.
¿Necesitaba ayuda? Jodidamente sí, y mucha, pero hay gente que no cree en la terapia, y para un adolescente sin dinero le es imposible pagar una sesión con un psicólogo. Y así es como sólo crece para ser alguien como yo.
"I'm afraid of a ghost" gritaba Kurt en los altavoces del estero y decidí incorporarme un poco para tomar la guitarra, encendiendo el amplificador en un movimiento rápido para seguir la canción con rasgueos duros y enojados, porque mi estúpido cerebro sólo se puso a pensar en comentarios y cosas que no debería.
¿Sería bueno comprar una escopeta y hacer lo mismo que el cantante? ¿Callaría a mi cerebro de una vez por todas? ¿Dejaría de ser el inútil que las personas dicen que soy?
Tal vez sí, pero era demasiado cobarde para hacerlo, aparte de que no era un suicida, era un depresivo estúpido que podía estar bien un par de semanas o hasta meses, pero ante la más mínima cosa se derrumbaba para poder consumir más alcohol del que normalmente acostumbraba. Tenía esa excusa para encerrarse en su departamento y poner la música a todo volumen en su habitación llena de cosas que lo hacían sentir cómodo, como si estuviera aún en el útero de su madre.
Tan cálido. Tan seguro. Tan tranquilo.
¿Por qué había salido de ahí?
La gente constantemente se iba, se alejaba y me decía que era un bueno para nada. No veía el caso de vivir en un mundo tan podrido en el que yo me esforzaba por ser bueno con todos, pero en el que nadie se esforzaba por ser bueno conmigo. Era un mundo tan egoísta y tan absurdo. Mi madre hasta solía decir que no era bueno, evitaba hablar de la música que hacía, no le tomaba importancia al arte que hacía día con día.
Quizá una parte de mí plasmaba eso en las canciones y poemas que escribía, quizá tenía la esperanza de que la iba a hacer sentir orgullosa algún día, pero supongo que eso no se logra con arte. El arte no es algo que las personas comunes suelan admirar, sólo los rotos y locos como yo.
Recuerdo haber mostrado a la gente equivocada lo que era capaz de hacer. Mostrarles los dibujos que hacía en cuadernos de todo tipo, los poemas que terminaban siendo canciones, las fotografías que tomaba dentro y fuera de mi departamento...Y que al final pasaban a segundo plano porque no les interesaban.
Recuerdo como mis padres comentaban con sus amigos todo lo que hacía, la mirada de suficiencia que les lanzaban a los demás porque su hijo era creativo, y yo por dentro no podía evitar pensar lo hipócritas que eran, porque en casa intentaba que notaran lo que hacía y se concentraban más en ver la televisión o sólo decir: "se escucha bien" "ajá". Después subían el volumen del aparato y yo regresaba a mi rincón de la casa a preguntarme si de verdad servía para ser alguien artístico.
Ahora que trabajaba y tenía proyectos que cualquier adulto tiene dependiendo lo que estudió, no podía sentirme peor, porque parecía que todo se había ido por un risco. No era que no me gustara mi trabajo, claro que me gustaba, me mantenía cerca de la música y la fotografía que tanto amaba, pero el vacío seguía y seguía, al igual que la sonrisa ya bien diseñada para que otras personas no se preocuparan, porque después de todo la felicidad en mí iba y venía. No se quedaba mucho tiempo a mi lado.
El dolor, por otro lado, lo hacía. Estaba pegado a mí como un chicle a tu zapato. Era irritante y yo sólo quería que se fuera a otro lado, que hiciera miserable a alguien más que no fuera yo.
Sí, egoísta, lo sé, pero ¿qué más puedo hacer? Cada día me siento más perdido, sin saber qué hacer exactamente con mi vida porque tengo miedo a perder y seguir perdiendo.
La música no ha parado, ni yo he dejado la guitarra, pero llega un punto en el que grito las canciones porque en verdad duele, mi pecho da punzadas de dolor emocional que voy sintiendo con mayor frecuencia.
Necesito un respiro, necesito aire.
Salgo al balcón que hay en mi habitación, cierro la ventana tras de mí y me recargo en el barandal, mientras respiro hondo, pasando después ambas manos por lo cabello rubio, sintiendo algunas lágrimas correr por mis mejillas, esa presión sobre mis hombros está de nuevo presente, pero ya es algo común en mi día.
–Sólo un poco más...Mañana va a ser mejor...Mañana va a ser mejor.–me digo a mí mismo, dándome ánimos para seguir.–No eres inútil, no lo eres...Sólo eres diferente...
Paso bruscamente mis manos por mis ojos y mis mejillas para detener las lágrimas que mojan mi cara. Mejor me concentro en la música que sigue en el interior de mi hogar y sonrío ligeramente, encontrando un rastro de paz que me hace cerrar los ojos.
–Tal vez mañana sea mejor.
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Bueno, bueno, aquí está otro escrito barato y triste.
Prácticamente aquí vacíe muchas cosas que tengo guardadas y que me hacen sentir mal la mayor parte del tiempo.
Aparte de que me animé a actualizar porque me dijeron que soy una tonta y que siempre soy así :D y me puse a escuchar algo de Grunge (Alice in Chains y Nirvana) para alimentar mi sensación de desagrado hacia mí misma y un poco hacia lo demás.
En fin, cosas que pasan.
Espero les guste :3
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Poesía y escritos baratos
DiversosMierdas que tengo en la cabeza y llego a escribir sin expectativas de continuarlas