6

4.4K 268 28
                                    

[ A A R O N ]

Llevo planeando este encuentro desde que me enteré de que se iría a vivir a Francia y ahora que la tengo delante me he quedado sin aliento.

Siento como mi corazón golpea con fuerza mis costillas mientras su mirada se clava en la mía esperanzada y puedo jurar, que por un segundo, he visto una chispa de aquella joven de la que me enamoré.

-¡Vámonos!- Le digo cogiendo su mano y saliendo de los aseos.

-¿A dónde?- Pregunta ella siguiéndome el paso.

-A un lugar muy especial.- Respondo y ambos nos subimos a mi coche.

El trayecto ha sido en silencio, pero no uno incómodo, uno en el que ambos simplemente estábamos disfrutando de la presencia del otro sin decir nada.

Salimos del coche y su mirada confundida hace que me entristezca.

-¿Que sitio es este?- Pregunta.- Me suena de algo..

-Ven, siéntate aquí.- Le digo guiándola hasta un gran árbol.

-¿Porque me has traído a este sitio?

-Porque aquí te di un beso cuando tenías 5 años.- Sonrío recordándolo.- Nuestro primer beso y con el paso del tiempo lo olvidaste.

Su boca se entreabre formando una pequeña "O" y veo como sus mejillas se tornan de un ligero color carmín.

-¿Como pude olvidarme de aquello?- Pregunta con un tono de tristeza.

- Eras muy pequeña.- Respondo sentándome a su lado.

- Pero aún así, me acordaría.- Dice.

-Eso no importa ahora, lo importante es que aquí empezó todo.

-Si...- Responde dudosa y yo sonrío.

Su mirada conecta con la mía y siento como mi mundo comienza a recomponerse con cada segundo a su lado.

Me acerco lentamente a ella, me observa con arrojo, no lo dudo ni un segundo mas, me abalanzo a sus labios con desesperación y ella me corresponde el beso con la misma determinación.

Ansiaba este momento, ansiaba todo de ella y por fin lo tenia.

Agarré su cintura con fuerza pegándola a mi y sus manos se posaron en mi abdomen, un suspiro emanó de sus labios al separarnos y al observar su rostro acalorado no pude controlar una sonrisa arrogante.

-No voy a permitir que te vayas.

-No me quiero ir.

-Entonces quédate.- Le pido.- Conmigo.

-¿Como? ¿Qué hará que cambie esta vez?- Pregunta esperanzada.

-Que ahora podemos irnos.

-No puedo irme así sin mas.

Se a que se refiere y prefiero no hablar mas del tema, vuelvo a atrapar sus labios y disfruto del placer que me da besarla y tenerla para mi, pero de un movimiento se coloca encima de mi y la miro con sorpresa.

-¿Aquí?- Pregunto y ella sonríe.

-Aquí y ahora.- Responde y mi cordura desapareció por completo.



¿Hermanastros? ¡Nunca!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora