No tiene sentido que quiera llorar ahora mismo, cuando hace dos minutos estaba sonriendo.
Tampoco tiene sentido que me interese tanto por ese chico extraño. El que se sienta solo en la biblioteca y mueve los labios, recitando algo sin emitir sonido y el mismo que tiembla todo el tiempo. El que parece que llega tarde siempre.
Ni tiene sentido que odie tanto a lo que se supone que son mis amigos.
Ni que sienta tanto con tan poco.
Ni que mi propia familia me haga sentir una carga.
Ni que las únicas personas que me hacen llorar son a las que quiero.
Ni que actúe de una manera tan extraña con mis compañeros, como si tuviera que ser alguien que no soy.
Ni siquiera tiene sentido ese terror acérrimo a arrancar esa margarita tan bonita, porque pienso que a ella le dolerá lo mismo que si a mi me arrancan un brazo.
Aunque pénsandolo bien, la vida en sí, es un sinsentido.
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Al vuelo.
Random'Hormonas, menstruación, lágrimas, insomnio, chocolate. Una mujer -no tan mujer-, y lo que conlleva.
