P1: El entrenador.

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—Yo...de verdad no puedo terminar de creer que acabas de hacer esto...—susurró Valeria contemplando fijamente a su hermana. La rubia soltó un largo suspiro y negó rotundamente tratando de mantener la calma.

Era cierto.

Las cosas en la casa eran mucho más fáciles cuando Valeria vivía con alguna fraternidad de mala muerte en la universidad. No es que ella fuese una mala persona o que no quisiera a su hermana, al contrario... ¡la amaba con toda su alma! Pero era completamente imposible tener una charla civilizada con ella...y vivir juntas.

—¿Era lo que querías, no?—cuestionó la chica cruzándose de brazos. Llevó su mirada hasta Landon que permanecía recostado encima de la cama con la cabeza apoyada en las manos.

—Si, pero...

—¿Pero qué?—respondió de mala gana.—Hago todo lo posible para que esta casa funcione correctamente ¿lo sabes, cierto?—se quejó.—No puedo hacerme cargo de todo, Val...así que te suplico que por lo menos me apoyes en esto...

—Landon tiene que...

—Landon no va a irse a ningún lado—replicó Andrea.—Él va a quedarse aquí con nosotros lo quieras o no...

—Está bien, está bien...—murmuró entornando sus ojos.—Pero de una vez te digo que si esto sale mal...además de decirte que te lo dije, me reiré de ti en tu cara...—anunció poniéndose de pie para salir de la habitación de su hermana.

Valeria era el tipo de persona que siempre quería que todo estuviese perfecto al grado de parecer demasiado obsesiva. Adoraba la perfección y con Landon en la casa era imposible tenerla pues cada dos segundos estaba haciendo desorden.

Andrea era todo lo contrario y tenía la fiel creencia que dentro de todo el desastre de Landon encontraba su propio orden; y las cosas habían funcionado perfectamente bien de esa manera hasta que Valeria se había mudado con ellos.

—Como digas, Valeria...como digas...

(...)

—¡Encontré el trabajo perfecto para ti!—anunció Zabdiel irrumpiendo en la habitación de Christopher.

—¿Cómo entraste?—cuestionó el castaño frotándose un ojo.

—¡Que importa como entré!—rio.—¿Escuchaste lo que te dije ¿no...?—se quejó el rubio entornando sus ojos.

—¿Y que se supone que es este trabajo?—preguntó en voz baja.

—Entrenador.—respondió.

—¿Qué...? ¿Tú te has vuelto loco, verdad...?—replicó.—Zabdiel, entiendo que me quieras ayudar pero...

—¿Quieres conseguir una novia o no...?

—Pues claro—respondió.—No quiero parecer tan patético en el campamento siendo el único sujeto sin novia...

—Pues entonces esta es la oportunidad perfecta, lo único que tienes que hacer es ir y hablar con la chica que está buscando un entrenador...tienes un mes para eso...—le espetó Zabdiel.

—¿Cómo sabes en primer lugar que es una mujer quién busca un entrenador?—cuestionó lanzándole una mala mirada.

—Intuición masculina—respondió encogiéndose de hombros.—¿No crees que es lógico? Los hombres no vamos por la vida buscando entrenadores en el periódico. Además... ¿un hombre para qué demonios querría una entrenador sino es para que lo instruya haciendo ejercicio?

—No lo sé, Zab...—murmuró.

—Míralo por el lado bueno...es una chica...que busca un entrenador desesperadamente...vas a pasar mucho tiempo con ella cuando la estés entrenando...

SE BUSCA ENTRENADOR ¡URGENTE! (SSB #3)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora