SE BUSCA ENTRENADOR ¡URGENTE! (SSB #3)|C.V.|Completa.

Epílogo.-

El corazón de Andrea estaba a punto de salírsele del pecho. Sus ojos eran incapaces de apartarse de la monumental cantidad de tiendas de campaña que se alineaban en la orilla de un estanque flanqueado por enormes árboles. La vista era magnifica definitivamente.

Se estremeció un poco cuando la mano de su novio se entrelazó con la suya y automáticamente los ojos de la muchacha se posaron encima de los suyos.

—¿Te gusta?—cuestionó Christopher sin dejar de sonreírle.

Andrea asintió. Acampar nunca había sido lo suyo pues era un poco torpe pero acompañar a Christopher definitivamente la hacía feliz. Estar ahí a su lado le hacía feliz y le hacía todavía más feliz ser capaz de ver la enorme sonrisa que él tenía pintada en sus labios.

—Es increíble...—decidió apartando la mirada. La posó encima de un montón de chicos que avanzaban de la mano de chicas que daban la impresión de ser súper modelos a jugar por la manera en la que caminaban moviendo las caderas suavemente tal y como hacían en las pasarelas de moda.

—Es mucho más increíble que estés aquí...—anunció el castaño acercándose a ella. Enredó sus brazos en la cintura de la muchacha y automáticamente una amplia sonrisa se instaló en los labios de la chica.

—En verdad me gusta estar aquí...—respondió de inmediato.—Esto es totalmente increíble, Christopher...no puedo creerme que estuve a punto de perderme todo esto sólo por las tonterías de Valeria...—se quejó frunciendo sus labios. Él se echó a reír.

—Yo creo que es mejor que no hablemos sobre eso...—decidió encogiéndose de hombros.—Somos felices ahora y eso es todo lo que importa, Andy... ¿no me equivoco?

—No te equivocas.—susurró. Ella se giró lentamente y sintió su corazón comenzar a latir desenfrenadamente dentro de su pecho. Compartir los siguientes días con Christopher era todo un sueño. Lo había visto dormir en aquella ocasión una sola noche cuando estuvieron de visita en el campo de Zabdiel y desde entonces le había encantado todavía más. Ansiaba verlo cuando despertase, somnoliento y pareciendo el ser más adorable sobre el planeta Tierra, con el cabello revuelto y esa expresión en el rostro de media sonrisa que iba dirigida a ella.

Andrea la amaba.

—Entonces todo lo que tienes que hacer en este momento es ir disfrutar del momento.—hizo una pausa.—Los chicos tienen muchas actividades y...tengo que admitir y no es algo por lo que me sienta demasiado orgulloso; pero muchas de esas actividades terminan incentivando a las personas a terminar teniendo sexo...—le explicó.—Así que creo que podemos saltárnoslas y hacer otras cosas...podemos dar un paseo por el lago, caminar por el bosque...cerca hay un acantilado donde podemos practicar rappel.—los labios de Andrea se fruncieron de inmediato. Lo miró a los ojos un momento y se inclinó un poco sobre la altura de la chica para dejar un pequeño beso en la punta de su nariz haciéndola reír en el acto.

—¿Quieres que me muera? ¿O como por qué me estás proponiendo hacer rappel?—cuestionó. Christopher rio y negó.

—Creí que podía ser divertido...

—Divertido si pretendes quedarte sin novia...—replicó entornando sus ojos.—le temo a las alturas y créeme que escalar una montaña atada a una cuerda sin demasiadas precauciones es lo último que haría en mi vida...—anunció.

—Nunca digas nunca...—respondió el castaño con una mueca graciosa.—Hace varias semanas yo juré que no sería un cursi y desde que llegaste tú soy el cursi más cursi en la historia de las personas cursis...—le informó.—Creo que ya alguien debería registrarme en el libro de records Guinness.—la muchacha frunció sus cejas y una las comisuras de los labios de Christopher comenzaron a elevarse lentamente; ambos se echaron a reír.