Capítulo 13 "El parque"

34 3 0
                                    

-Samyyy, despierta que ya es hora- escuché decir a mi madre. Me desperecé y a medida que iba recobrando la consciencia la realidad me dio de golpe en toda la cara para despertarme del todo. "No ha sido un sueño, ¿verdad?" Entonces miré el móvil y vi que lo tenía lleno de mensajes del grupo de los aussies. No era un sueño.

Me levanté de la cama y fui al baño, me vestí y bajé a desayunar. Fui al colegio, llegué a casa, comí, descansé, y después inglés o baile, estudiar, cenar y dormir. En eso se basaba mi vida desde que empecé el instituto. Casi ni tenía tiempo para hablar con los chicos, es más, casi ni tenía tiempo para hablar con mis amigos de aquí. Mi vida era una rutina constante y me agobiaba muchísimo aquello. Solo algunos días podía desconectar, pero en los dos meses que levaba de curso ya necesitaba un respiro. Tenía la ventaja de que mi clase me gustaba y no tenía problemas en ella, lo malo era cuando aparecían las demas clases. Hay una niña, Amanda, que me tiene un odio especial. Todo pasó porque en 2º de ESO ella se interpuso entre Sonia y yo hasta tal punto que casi nos separa, pero nuestra amistad fue más fuerte que aquello y al final fue ella la que acabó perdiendo. Desde entonces, no nos hablamos y ella se dedica a hablar mal de mi y a echarme miradas de asco cuando me ve. Yo sinceramente paso de su cara. Ya solo me faltaba un año para no volver a verla, que alegría. Desde que Sonia se fue la verdad es que la eche muchisimo en falta, tener a tu mejor amiga fuera... duele. La llamaba como mínimo dos veces por semana, cuando cada una podía, y seguíamos teniendo relación pero la echaba muchísimo de menos, era como mi hermana.

Con un pestañeo ya nos encontrábamos en diciembre, de exámenes hasta el cuello. De verdad, necesitaba unas vacaciones, demasiado estrés. Por fin empezaba a hacer frío y pude sacar mi ropa de invierno, mi querida ropa de invierno. Mi madre me llamaba la niña de las chaquetas y sudaderas, porque tengo como diez de cada y es que me encantan., los jerséis también claro, y por fin iba a poder ponerme gorro sin asarme de calor. Aunque aquí la gente te mira raro si llevas gorro, en fin. Me había pasado todo el trimestre esforzándome, y había dado su fruto. Conseguí en todas las asignaturas un sobresaliente, incluso en educación física y eso sí que era de verdad un milagro. 

-Mamá... ¿Sigues sin cambiar de opinión?- le pregunté cuando ya vio las notas. No me gustaba insistir demasiado porque sabía que cuanto más insistía más improbable sería que me dejaran, más que nada por pesada. 

-Exactamente. Aún te queda más de medio curso. 

-Mamá, no me lo puedo creer. ¡He sacado TODO sobresaliente! ¿Y me estás diciendo que no te basta con eso?

-Tampoco he dicho eso..

-Mira da igual, no te voy a hacer cambiar de parecer, al menos por ahora.

Íbamos en el coche, porque había quedado con mis amigos para ir a comer, así que salí  sin decir ni una palabra de despedida. Intenté cambiar la cara cuando llegué donde estaban, y decidí que me lo tenía que pasar bien. Pasé una buena tarde, y me despedí de ellos porque ya no los vería hasta después de navidad y me quedé sola deambulando por las calles de Almería a las 5 de la tarde. 

No tenía ganas de ir a casa así que me senté en un banco del parque más cercano. Me estaba cabreando porque me puse a pensar en lo que había pasado antes con mi madre 

"¿Se puede saber qué le pasa? Doy todo de mí y parece que ni si quiera le importa, no sé cómo mierda voy a conseguirlo..."

Las lágrimas estaban en mis ojos, pero volvieron a ocultarse cuando escuché esa voz que tanto me irritaba detrás mía.

-Vaya, vaya... ¿qué haces tu por aquí... sola?-era Amanda e iba con sus queridas amiguitas. No era nadie en ese grupo, se había metido por conveniencia y por no quedarse sola

-Pues aquí disfrutando de la tarde, ¿y tú?

-Pues que he venido aquí con mis AMIGAS como la gente normal hace, es muy raro venir a un parque sola, ¿sabes?

-Lo raro es que no seas capaz de hacer nada sin tus amigas alrededor, ¿sabes?- le había dado pero que muy bien, y se notó en el ambiente

-Yo al menos tengo amigas con las que puedo estar

-Ah, que yo no.. vale lo he pillado- dije haciéndome la víctima

-¿Es que no te das cuenta de que desde que se ha ido Sonia no eres nadie? Das pena

Me estaba cabreando de lo lindo y no estaba de humor para sus gilipolleces

-Mira niña, si quieres pelearte vete a otro sitio, no estoy de humor y no quiero herirte

-Uhh, ¿que? ¿Me vas a pegar?- dijo ella para después reirse

-¿Hace falta golpear para herir a alguien? De eso tu deberías saber mucho.

Se quedó callada. 

-Mira, voy a ser sincera contigo. Antes no te hacía nada porque estaba Sonia y no quería problemas pero a partir de ahora te voy a joder la vida chica- una de sus amigas llevaba un batido en la mano, y no dudó en cogerlo y tirarmelo a la cara- ¡Qué aproveche!- y se alejó con sus amigas riéndose. 

Bien, ahora estaba sola, empapada en batido de fresa y con la autoestima por los suelos. ¿Y si tenía razón en todo lo que me había dicho? Yo hacía como que no le prestaba importancia pero en realidad sus comentarios me habían hecho pararme a pensar. Hallé la respuesta, y no fue buena. 

No dudé en hacer lo que hice

-¿Si?- Luke me cogió al tercer tono, seguramente estaba durminendo por la voz que tenía

-Luke- dije intentando mantener la calma-no puedo..-se me hizo un nudo en la garganta y empecé a llorar

-Eh, eh, eh, ¿qué te pasa?- se despertó en cuanto me escuchó llorar

Entonces me di cuenta, ¿qué cojones estaba haciendo con mi vida? ¿Por qué lo llamaba a él que no podía hacer nada por mí?  ¿Para hacerlo sufrir? Joder, al final va a ser de lo más normal que Amanda tenga razones para odiarme, yo misma me odiaba en ese momento. 

-Nada luke, sigue durmiendo, mañana hablamos ¿vale?- le colgué para que no le diera tiempo a replicar

Fui caminando sin rumbo hasta que por casualidad llegué a un parque. En realidad no era un parque cualquiera, era el parque en el que Sonia y yo habíamos pasado infinitas tardes juntas. Supongo que la costumbre de ir siempre al mismo sitio me llevó allí por sí sola. Era un parque muy bonito que no mucha gente conocía, por eso nos gustaba tanto porque era como "nuestro" parque. Todo era completamente verde y las ramas de los árboles en algunas partes se juntaban haciendo pasarelas. Me senté en un banco y empecé a llorar hasta que me quedé seca. Luke me siguió llamando pero yo no le contestaba. Me tiré como tres o cuatro horas allí, reflexionando hasta que Sonia me llamó.

-¿Si?

-¡Samy! Tengo una sorpresa para ti.

-No estoy para adivinanzas

-¿Qué te pasa? Bueno, ya me lo contarás... porque acabo de llegar y estoy en la estación de autobuses esperándote

Me dio un vuelco al corazón y creo que fue lo único por lo que sonreí aquella tarde

-En 5 min estoy allí

Me fui lo que viene siendo corriendo como si la vida me fuera en ello, al cabo de unos 6 minutos llegué. Llamé a sonia

-¿Dónde estás?- dije casi sin respiración

-Estoy en los baños, ven para acá- cómo no, ya había ido a mirarse al espejo

Fui de camino al baño cuando de repente alguien me cogió por detrás y me tapó la boca para que no gritara.

Ready?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora