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   Mientras entonaba una dulce melodía pasaba la aspiradora por el lujoso lugar, las habitaciones de esa mansión eran inmensas, por suerte no había mucho polvo en las alfombras esa noche. La primera vez que había limpiado en ese lugar todo era un desastre. La música que sonaba era una balada en inglés, aunque el chico no entendía ni una palabra, las emociones de la canción le llegaba directo al corazón, nunca se consideró un romántico pero si era bastante sentimental. En esta sociedad de hoy en día los sentimientos estorban, él lo sabía, pero nada se podía hacer, solo seguiría haciéndose pasar por el chico duro de siempre.

La noche estaba hermosa, había luna nueva, por tanto la oscuridad era más fuerte que nunca, por suerte, para esa parte del país se podían ver las estrellas, en su ciudad solo es posible ver los globos aerostáticos de las familias de magos o vampiros adineradas. La diferencia de clases era bastante notable en la ciudad, por eso Choi Jongho, un joven lobo de familia humilde, prefería esta zona de campo para trabajar y ahorrar algo de dinero para ayudar a sus padres a sobrevivir en la ciudad.

El joven limpiaba detrás de una de las cortinas cercanas de la ventana, cuando ésta estalló en pedazos, algunos de los vidrios fueron directo a su rostro y la sangre comenzaba a brotar. Cuando comprobó la razón de la ruptura de la ventana, observó a un chico de cabello dorado, vestido de rojo, se veía muy pálido y delicado. Jongho se acercó a ayudarlo, cuando el joven levantó el rostro, el lobo retrocedió.

-Un vampiro!- Se puso en guardia, alistando su aspiradora como defensa.- Atrás!

-Si ni siquiera puedo ponerme de pie, crees que tendré fuerzas para atacarte, lobito? Por mucho que esté sangrando tu cara ni siquiera me siento tentado. Ayúdame, te lo recompensaré.

-No!

-Tanto miedo tienes? No me gusta el sabor de la sangre de los lobos...aunque...- Hizo una pausa para olfatear a su alrededor...-Tu sangre no es completamente de lobo, o me equivoco?

-Solo, márchate vampiro! Bueno, no te marches, déjame llamar a mi manager primero, no me echarán a mí la culpa de esa ventana rota, no quiero ser despedido en mi tercer día de trabajo.

-Bueno si no me ayudas, no te ayudaré y dejaré que por culpa de mi desastre, te echen de aquí.

Jongho lo pensó más de dos veces, dejó a un lado la aspiradora y se fue acercando lentamente al rubio. Lo ayudó a ponerse de pie, pero unos segundos después el chico pálido colapsó y casi cae al suelo bruscamente, pero Jongho lo sostuvo y lo cargó entre sus brazos, milagrosamente aunque el vampiro era más alto que él, pesaba menos que una mujer, o menos que su madre, ya que era la única mujer que había sostenido en brazos.

Lo llevó en silencio a una sala de estar y lo recostó con delicadeza en uno de los cómodos sofás.

-Y ahora? Yo qué hago?- Confundido se sentó en una silla, y observaba con detalles al vampiro. Llevaba una marca roja en uno de sus ojos, sus facciones eran muy finas, su nariz perfecta y labios gruesos. Parecía de la realeza, más que su ropa se veía extremadamente cara y única.

-Qué tanto me miras? Acaso nunca habías visto a una persona tan guapa?- Le dijo el de rojo aún con sus ojos cerrados.

-Persona? Querrás decir vampiro?

-Pero sigo siendo guapo!- Abrió sus ojos, y a Jongho se le secó la garganta, se perdió en ese mar azul claro y brillante. Cuando sonrió mostró sus colmillos, eran tan perfectos y afilados que temió ser mordido alguna vez por ellos.- Tú para ser un lobo, no estás mal.- El rubio se puso de pie, tambaleándose un poco, puso su mano en la cabeza, que le dolía a más no poder.

-Y cómo llegaste hasta aquí?

-En primera, me llamo SeongHwa, soy el dueño de esta mansión, y pues, le huía a mis padres.

Eres mío (JongHwa ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora