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Holeez mis Atinys hermos@s quiero avisar qué hay una escena un poquito fuerte en este capítulo! Please no me odien por ella, o si son sensible a estas cosas pásense la escena si?

Después de unas semanas Yeosang logró controlar su sed de sangre y Seonghwa le permitió salir de la habitación. Todos los trabajadores de la mansión la saludaron cortésmente pero con cautela. La chica lucía diferente, hasta el color del cabello lo tenía de un tono más claro, sus ojos estaban más expresivos, sus labios más rojos y su piel muchísimo más blanca. Saludó a todos con una sonrisa, al principio se mareó un poco al oler tantos tipos de sangre al mismo tiempo, pero se controló, y no actuó agresiva con nadie, recibiendo algunos elogios de parte de su esposo.

Al caer la noche, Jongho se disponía a darle una ojeada al jardín. Casualmente, la hermosa pareja estaba dando un paseo bajo la luz de la luna llena, por lo que prefirió no molestarlos y quedarse en la distancia. Sus condiciones no eran las mejores esa noche, así que prefería estar lejos de todos y solo enfocarse en su trabajo, un lobo siempre puede perder el control en noches de luna llena y él no era la excepción.  Eso se decía mentalmente, pero su curiosidad fue más fuerte que el deseo de controlarse. A pesar de que según él, no sentía nada por el vampiro, su sangre hirvió al ver como Yeosang se tiraba a sus brazos y lo besaba apasionadamente, en menos de unos minutos ya Seonghwa estaba poniendo a su esposa encima de una mesa de mármol hermosa que adornaba esa parte del jardín, y le hacía el amor como un hombre desesperado. –Es mi deber como esposo- Siempre era la excusa que le decía!

Jongho no le creía, menos después de verlos cogiendo como dos animales al aire libre. Sus garras comenzaron a salir sin que se diera cuenta, sus músculos comenzaron a sobresalir aún más, el calor que sentía era demasiado para él, la ropa le estorbaba, necesitaba irse de la mansión, pero sería peligroso salir por las calles, toparse con algún otro hombre lobo y comenzar una pelea, como ocurría a cada rato. Desesperado y molesto entró a la mansión, se dirigió a uno de los cuartos de baño de los empleados, arrancó su ropa y se metió debajo de la ducha de agua helada.

Seonghwa demoró un poco en correrse dentro de su esposa, sabía que necesitaba darle un heredero, de hecho todos los estaban presionando para esto. Solo se había acostado con Yeosang tres veces contando esta, y en cada una la acción era comenzada por ella, él no estaba para nada interesado pero su reputación estaba en juego, tenía que implantarle ese hijo a su esposa lo antes posible, así no tendría que volver a acostarse con ella. Esa noche bajo la luna llena, solo podía pensar en Jongho, esa era su primera luna estando en algo con el lobo, y no había nada que deseara más que ver que tal lucía su chico transformado en lo que de verdad era. Los brazos de Yeosang acariciando su entrepierna lo habían sacado de sus pensamientos, a lo lejos sintió el olor de Jongho. Abrió sus ojos pero no lo vio, sin embargo el olor seguía ahí, lejos y ya no tan fuerte pero igual lo sentía. El simple hecho de imaginar que en vez de su esposa era con  su lobito con quien estaba ahí, en ese lugar, besándose bajo la luz de la luna, fue lo que le dio fuerzas para colocar a su mujer de espaldas a él, recostada en la fría mesa de mármol y hacerle el amor salvajemente, pensando que era al menor a quien se lo hacía.

Cuando terminó ayudó a su pareja a vestirse, ella estaba sedienta, así que ambos fueron por algo de beber. Cuando la dejó en su habitación, se dirigió a recorrer cada uno de los lugares donde podía estar Jongho. No lo hallaba, estaba desesperado por saber si el chico había visto algo de lo ocurrido en el jardín. A pesar que estaba seguro que el lobo solo estaba con él porque no tenía otra alternativa, rezaba e imploraba por alguna pequeña muestra de celos, en su interior deseaba que hubiese visto algo y que le hubiese molestado, de esa manera quedaría comprobado que era deseado por el chico.

Sintió un pequeño gruñido desde una de los baños de los empleados. El corazón se le encogió, había sonado tenebroso. Se acercó con cuidado, despacio, enseguida pudo oler la sangre de Jongho, pero estaba diferente, olía a algo a punto de quemarse, no podía explicarlo bien, ya que era su primera vez oliendo una sangre diferente en una misma persona.

Eres mío (JongHwa ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora