Te Extraño.

Te Extraño 5.

5 años después.

Se veía ansioso, caminaba de aquí para allá, bajo la molesta mirada de sus amigos, Terasaka Rio, una gran política en asuntos Sociales. Y Terasaka Ryouma, el encargado de los asuntos Civiles.

Ambos lo conocen desde que comenzó su carrera en la política, sin mencionar que ya están casados desde hace ya unos 6 años; ahora del porque se les está agotando la paciencia, es por Akabane, el cual está muy ansioso y estresado. La razón,... Quiere pedirle matrimonio a su novia, pero no sabe cómo reaccionará y que debería hacer para impresionarla.

Por tal motivo pidió ayuda de sus dos amigos, sin contar a Isogai el cual está ocupado con su familia y no pudo asistir a su "reunión de emergencia", eso puso en un enorme apuro a la pareja, porque ellos no son muy Buenos haciendo calmar al pelirrojo.

- cálmate Karma, seguro que hagas lo que hagas a ella le fascinara - decía la rubia con un ligero tic en el ojo.

- es que yo quiero que sea especial, algo único para que lo recuerde con mucho cariño - decía ya algo exasperado por la "ayuda" que le brindaban.

- entonces ve a un lugar que represente algo especial para ella y para tí - Terasaka intentaba mantener la compostura para no darle un Zape a su amigo.

- es que pedirle matrimonio en la playa, es el típico cliché de las películas románticas.

- a pesar de que tú, le pediste ser novios en una - sonrió pícara la mujer.

Aquello tomó desprevenido al oji cobre, logrando un enorme sonrojo en su cara, sonrio suavemente, esa información era muy valiosa como para ocultarla.

Hacia ya 5 años que estaba en una hermosa relación con Nagisa, empezaron a vivir juntos en su tercer año de pareja, los padres de ella quedaron enormemente sorprendidos, su madre ya estaba pensando en emparejarla con alguien más, menos mal que no sucedió, al contrario lo aceptaron con mucho afecto. A diferencia de él, que su madre tuvo en la mira a la chica por un muy buen tiempo, sin embargo gracias a la paciencia y pasiva - así como determinada - personalidad de Nagisa logró tener el visto bueno, es más tal parece que su madre la quiere más que a él.

Ahora estaba en el dilema de como pedirle matrimonio, estaba seguro de querer pasar el resto de su vida con aquella mujer de hermosa mirada y sonrisa angelical, sin embargo no sabía como hacerlo, además que sus amigos y compañeros de trabajo no le daban buenas ideas.

- ya se, sería buena idea que le hagas pasar el mejor día de su vida, con cosas que a ella le guste hacer y para el final, taran~ la propuesta - reía la peli rubia.

- no está mal, además hace poco, me estaba diciendo sobre salir juntos, podría hacerlo - se empezaba a emocionar, pensando a que lugares podría llevarla.

- muy bien, ya tienes la idea, ahora si nos vamos - dijo el varón mientras tomaba la mano de su esposa y salía rápidamente del lugar.

No dijo nada más, solo los dejó ir, ya con la idea definida empezó los planes, había decidido llevarla el sábado, agradeció, pues su agenda estaba libre ese día.

Luego de algunas horas entre llamadas, investigaciones y alguno que otro coraje, ya tenía todo preparado, sin esperarse más salió de la Oficina, condujo lo más rápido que pudo, respetando las normas de tránsito, llegando a su departamento.

En cuanto abrió la puerta, un delicioso aroma a guiso de pollo llegó a su nariz, sin hacer ruido, se acercó hacia la cocina; le encantó ver como la mujer de su vida cocinaba, amarró su larga cabellera celeste en una cola alta, estaba vestida con un pantalón negro, una bonita blusa rosa pálido, y usaba el mandil crema que él le había regalado hace unas semanas.