Casualidad

1.2K 46 0
                                    


PARTE I

Tantas son las vueltas del destino que a veces no sabemos si cada desencuentro u encuentro sucede gracias a él o sucede por pura casualidad. Cuando estaba en la preparatoria en mi penúltimo año conocí a un chico; si, si era muy lindo y todo pero ese encuentro me costó mi adolescencia. Una noche de esas en las que no recuerdas nada le entregué mi virginidad obteniendo de esa pequeña metida de pata un dulce regalo; la pequeña Martina. Así sin más terminé la preparatoria, empecé la universidad y actualmente tengo mi propia cadena de hoteles, así que después de todo, la vida no es tan amarga.

-Mami, hoy me quedaré con la tía Tony ¿cierto?- esta pequeña no tiene límites para hablar, con tan solo 6 añitos y sabe muy bien cómo defenderse.

-Sí, hoy tus tíos vendrán a cuidarte. Necesito que hagas caso a todo lo que ellos te digan, sé que eres muy obediente pero mami vendrá tarde. No creo que llegue para contarte tu cuento antes de dormir, así que deberás dormirte cuando tu tía Tony te lo pida ¿si amor?- Mi pequeña princesita me miró con sus grandes azules y asintió, haciéndome saber que podía confiar en ella.

Terminé de arreglarme estaba más que segura de que hoy pasaría algo muy diferente podría cruzarme con cualquier persona que pudiese invertir en mis nuevas idea, nunca había sido de aquellas personas ostentosas para vestirse y maquillarse siempre iba muy sencilla, pero hoy; hoy había decidido ir lo más arreglada posible era importante que mi gala saliese tal y como lo esperaba.

-Amiga si así es como irás esta noche, déjame decirte que encontrarás un papi para Martina- Tony entró a mi cuarto como si fuese el suyo; bueno literalmente casi que lo era.

-Lo sé no tienes que recordarme mi belleza. Bueno eso no lo creo ni yo, ¿y Ulises?- ella torció sus ojos y luego rió, yo siempre solía molestar con que no tenía nada de linda.

-La próxima vez te mato, lo juro. Y Ulises está esperándote abajo, para llevarte y regresar para ver una película conmigo y la pequeña- Tony no podía tener hijos, hace algunos meses se lo dijo el médico pero ella adoraba a Martina como si fuese suya.

-Muy bien creo que ya estoy, así que podemos bajar- ella asintió y tomó mi mano, listas para bajar.

Iba mega nerviosa en el puesto trasero del auto de mi amiga, de verdad me causaba mucha intriga el hecho de cualquier cosa que pudiese suceder esta noche; me sentía un poco sola pero estaba segura de que todo saldría bien... Me despedí de Ulises a penas llegamos y me dispuse a entrar. Al parecer todos mis socios habían asistido.

-Oh pero si ya llegó la más hermosa de todas- ash el pesado de Antonio, era lindo no les niego; pero era un pesado.

-Te vas a aburrir de tanto alagarme- él rió y yo lo miré obstinada, cuando me iba a marchar llegó el Señor Meyer acompañado de un joven bastante apuesto a decir verdad- Hola, Señor Meyer; es un gusto poder tenerlos en esta noche tan especial.

-Hola querida Emilia, me impresiona bastante la manera en la que organizaste cada detalle, mira te presento; él, es mi hijo mayor Claudio- yo lo miré y le ofrecí mi mano, la cual besó como si fuese una rosa que está en proceso de devolución y de la cual solo quedará el recuerdo.

-Encantado Emilia, papá siempre me ha hablado mucho de ti, bueno papá realmente y me parece que no falló en nada de lo que dijo eres preciosa – Mi cara para este punto ya se encontraba extremadamente roja.

-El gusto es mío Claudio, bueno espero que disfruten la velada. Yo debo ir a saludar a los demás invitados- ellos asintieron y yo me marché.

Hace tanto no me sentía así de nerviosa, un poco extraño que eso suceda pero realmente me estoy muriendo de nervios, de una manera tan extremadamente rara, él está provocando algo que nunca había sentido así que en teoría estoy muerta y soñando. Pero; de algún lado lo he visto en definitiva, tal vez estudió en LIKE y no lo recuerdo.

-Señorita, ¿me concede esta pieza? –giré mi rostro hacia el lugar donde provenía la voz y era aquel rubio de ojos claros.

-Con gusto- comenzamos a bailar, era como si ya nos conociésemos de antes pero no lo podía recordar.

-Es como la primera vez que bailamos, posiblemente no lo recuerdas; tenías ese bonito vestido rojo que te hacía ver mucho más pálida de lo normal. Tu cabello, tu cabello ese día brillaba más que nunca y tus puntas azuladas resaltaban, pero como todo nada duró para siempre y después de tanto quererte ocurrió ese accidente- estaba muy confundida, no sabía de qué hablaba. Si recuerdo mi baile de graduación y mi vestido rojo, que aún conservo pero a él no lo recuerdo; me sentía mareada.

-¿Por qué me dices esto? ¿Por qué no te recuerdo?- él sonrió con tristeza, sentí que todo me daba vueltas y entonces logré ver todo.

Erase una vez... ClaumiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora