Rebeldes II

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Después de aquél encuentro algo hizo que comenzará a salir más seguido, simulando leer solo trataba de mirar cuando él estaba de espaldas. Me sentía como una acosadora en proceso pero aquella tarde algo en mi se había removido. Cada tarde lo veía salir y llegar con alguna chica o con alguna cajetilla de cigarros era algo que se me hacía imposible obviar.

-¿No te cansas de espiarme todas las tardes?- quedé en blanco lo había notado.

-No te creas de más, el que salga todas las tardes no quiere decir que es por ti- eso decía mi boca pero estaba segura de que mi expresión corporal significaba todo lo contrario.

- No trates de fingir porque tienes más que claro que te gusta, y te lo digo porque tu también me gustas- esas palabras me dejaron en blanco, que mierdas acababa de decir, no entendía porque todo lo había soltado así de esa manera.

-Ja, con la cara que pusiste lo aceptaste todo.- se acercó así sin más y me besó, no lo niego fue lindo incluso muy, muy caliente. Pero solo tenía algo muy en claro esto me traería muchos problemas.

Dos semanas más tarde...

Después de aquel día comenzamos a salir, iba y venía con él cada vez que me lo pedía. Aunque quisiera negarlo me convertí en una rebelde, no solía estar mucho en casa; para cuando llegaba mamá ya dormía. Mamá comenzó a notar por completo mi ausencia, hasta que un día me enfrentó cuando venía llegando.

-Puedes explicarme dónde estabas metida señorita- mamá me miraba con los brazos cruzados- ahora cada vez que llego no estas y vuelves muy tarde en la noche.

-Mamá, no vengas hacerte la  preocupada porque la verdad no te queda ni un poquito. Estoy saliendo con Claudio, así que no molestes- me fui a dormir, pero en el camino me interceptó mi hermana.

-¿Así que sales con Claudio?- mi hermana podía ser un fastidio cuando se lo proponía- ¿Has escuchado lo que se dice de él? Puede llegar a ser una mala influencia.

-Mira te voy a dejar algo muy en claro, me vale culo lo que la gente piense. Yo salgo con quién a mi me de la gana, ninguna de ustedes me va a detener; la vida puede ser muy corta.- Entré a mi habitación y me acosté a dormir.

Un  mes luego...

Mamá por fin aceptaba mi relación con Claudio y aunque no le simpatizara mucho lo aceptó; hoy habíamos salido a comprar las cosas necesarias para la cena de esta noche. Claudio y su familia regresaban de su viaje de vacaciones, habían sido las tres semanas más largas de mi vida. Podía asegurar que no era de esas chicas que solían tener muchos amigo así que era un poco complicado no tenerlo conmigo.

Después de comprar lo necesario para la cena familiar, nos dirigimos a las central de autobuses para esperar que llegarán, como cosa rara a un día de terminar las vacaciones el estacionamiento en frente de la central estaba abarrotado así que tuvimos que estacionarnos del otro lado, cuando lo vi me sentí la persona más feliz de este planeta; corrí hacia donde él estaba pero no me percaté de aquel carro que venía subiendo y solo sentí mi cuerpo volar luego de eso mi ojos se cerraron.

Claudio

No podía procesar lo que estaba pasando, ella viniendo hacia a mí yo corriendo hacia donde ella estaba y ese carro arracandola de mis brazos, desde ayer estábamos esperando que nos dieran una noticia que pudiese crear una pizca de esperanza, pero nada indicaba lo mejor y aunque solo se había fracturado la pierna y el brazo, su cabeza era un ría de coágulos sanguíneos.

Eran la una de la mañana cuando vimos salir al médico, pensamos que traía alguna noticia pero la verdad era que no; solo nos pedía que entráramos y tratáramos de despedirnos de ella porque estaba dando señales de querer irse de este mundo. Nadie dejaba de llorar, cuando mi turno llegó todo se derrumbó. En aquella sala la vi con un montón de máquinas a su alrededor y sus ojos cerrados, tomé su mano y comencé hablarle.

-Pequeña rebelde, porque recuerda que así te decía; sé que estas en una lucha interna pero yo quiero que sepas algo, si te sientes débil y crees que es momento de descansar déjate prometo que yo cuidaré de todos para que no sufran tanto con tu partida. No sabes lo que me duele esto que está pasando. Pero te amo y cuando amas a alguien es mejor dejarlo ir.- me levanté de la silla besé su mejilla y salí de la habitación.

-Claudio- la hermana de Emi se acercó a hablarme- Quiero disculparme por todo lo que intenté para separarte de mi hermana, ella aquella noche que intenté reclamarle lo que tenían me lo dijo, ella me dijo que la vida podía ser muy corta y mira- ella tenáia razpón, solo la abracé.

-Familiares de la señorita Ruiz- el doctor no traía una buena cara y to lo sentía aquell aniña había cerrado sus ojos y no los volvería abrir- La señorita acaba de sufrir un infarto- vi a todos en la sala llorar y yo solo podía consolarlos, antes de empezar a serlo la sentí, pude sentir su aroma una última vez.


Yo también te amo 


Erase una vez... ClaumiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora