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había pasado un tiempo desde la primera vez que nos vimos, me dijiste que john era sólo tu amigo y una especie de alumno, le ayudabas con algo de circuitos o no recuerdo muy bien. eres tan inteligente marie.
recuerdo la primera vez que nuestros labios se juntaron, fue asombroso. parece que aún siento el sabor mora proveniente tuyo. ese día me pediste que fuera contigo a observar algo. terminamos en un sitio dónde todo se iluminó de estrellas, parecía que estábamos en el universo. vi un brillo especial en tus ojos, supe que en serio te amaba.
—dime otra cosa que ames.
—el arte.
—¿qué clase de arte?
—el que miró justo ahora.
no quería irme, era la primera vez que saldríamos de aquí. no quería dejarte.
—tienes que ir, sino quién me hará sonreír cuando escuche la batería.
ella tenía un buen punto. la banda de nombre queen partió a cada destino que se le presentaba, claro que era difícil. él estaba alejado de su chica. todos los días la llamaba más de una vez, a las mismas horas, con la misma emoción de escuchar su voz, de contarle lo bien que ésta yendo todo esto, del tiempo para verla que era cada vez menos.
quizá grabaríamos un álbum. no, sí lo hicimos, grabamos más de lo que pensamos, eras mi inspiración cada que una nueva letra brotaba de mí.
descubrí que no eras la misma persona con cada una de ellas. cuando regresé de liverpool fui a buscarte, estabas en tu lugar de brillo más allá del cielo, pero vi todo a tu alrededor como si fuera una escala de grises, no tenía sentido, siempre te había visto como lo contrarío a ello, a mí, ¿por qué te comportas de cierta forma? quizá yo sea igual, no comprendo. ¿por qué justo ahora no expresas lo que sientes?, ¿por qué conmigo si lo haces?
realmente no era importante porque eras la misma persona conmigo. siempre tenías una sonrisa en tu rostro y cada cosa por más horrible que fuera lo convertías en algo bueno.
