Segunda Parte

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En su mano lleva un ramo de flores blancas, como cada año.

El veintiséis de mayo estaba a la vuelta de la esquina y sería el cumpleaños de Kyle. Tuvieron que convencerle de que celebrase una fiesta, porque estaba obsesionado con los exámenes finales y quiso atrasarlo. El pelirrojo cedió a celebrarlo la noche del veinticinco al veintiséis y así podría descansar para el lunes veintisiete. Rieron ante la petición del cumpleañero, pero no pudieron negárselo. Stan empezó a mandar invitaciones por redes sociales: a Token Black, a Clyde Donovan, a Craig Tucker, a Tweek Tweak, a Jimmy Valmer, a Bebé Stevens, a Butters Stotch, a Kevin Stoley, a Timmy Burch, a Nichole, a Annie Knitts, incluso a Pip Pirrup. Chicas y chicos accedieron a ir a la fiesta de Kyle, que se celebraría en una discoteca conocida del pueblo de al lado, pues fue la única que Kyle accedió a visitar, y porque estaba cerca de su casa. Stan reía ante las preocupaciones absurdas de su mejor amigo y se reunió con Wendy tras advertirle que debía presentarse en su fiesta sí o sí. Prometió que lo haría y fue a buscar a Kenny y Cartman, que estaban en la salida, esperándolos.

-¿Y Stan?-Preguntó el gordo.

-Con Wendy. Van a esperar a sus amigas y se irán.

Sin decir nada más, los tres chicos se encaminaron de regreso a casa, sin dejar de hablar de la fiesta. Eric y Kyle empezaron una discusión sobre si debía asistir o no, porque aunque fuesen juntos no eran amigos, pero Kenny sabía que sí lo eran, solo que Eric Cartman era un cabronazo, y le sorprendía que Kyle no lo hubiese descubierto a aquellas alturas, o sencillamente fingía no saberlo para continuar con sus divertidas riñas. Kenny empezaba a sentirse cansado y deseoso de llegar a casa para descansar hasta la fiesta, o no podría ir. Encendió un cigarro y dejó de prestar atención a Kyle y Cartman.

-¿Estás bien?-Preguntó Kyle frente a la puerta de Eric. Kenny los observó.

-¿Yo?

-Sí, estás muy callado.

-Estoy cansado, eso es todo.

-¡Kenny!-Kyle le dio un manotazo y lo obligó a tirar el cigarro.

-¿Qué?-Se asustó, dio unos pasos hacia atrás. ¿Acaso Kyle no había notado que hacía ya dos años que fumaba?

-Te estás poniendo amarillo.-Todos pestañearon en silencio.- ¿No te has mirado al espejo?

-Llevo todo el día con vosotros y no lo ha notado nadie.-Se encogió de hombros, sonriendo.

-Es verdad, tío…-Murmuró Cartman, comenzando a fijarse. Que Kyle y Eric estuviesen de acuerdo en algo le resultaba extraño, sin duda. Empezaba a preocuparse.

-¿Se nota mucho? ¿Será de la comida? ¿Del frío?

-Deberías ir al médico, como te dije.

-Iré el lunes, lo prometo.-Dijo, serio por una vez en su vida.

Cartman entró en casa poco después, cuando se despidieron, y Kyle continuó el camino hasta casa recordándole que no debía dejarlo pasar, que podía descuidar sus dientes amarillos, no llevar aparato, o no peinarse si quería, pero que cuidase su salud. Kenny nunca había tenido tantas ganas de irse como aquel día. Agotado y con dolor de cabeza, esperó que Kyle dejase de hablar para despedirse.

Volver de entre los muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora