《No estoy loco, mi realidad es diferente a la tuya.》
OMEGAVERSE.
Izuku se encuentra confundido después de enterarse de que más de un Alfa está impregnado en él al ser expuesto a una hormona de animal extinto durante una fiesta de cumpleaños. Ahora d...
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Kirishima miraba por la ventana de uno de los pasillos de los dormitorios como las estrellas adornaban el cielo como si fueran luciérnagas pegadas a un manto. La mayoría de los estudiantes ya se habían ido a dormir, sin embargo quería experimentar cómo era el volver a estar solo, como en la secundaria. Normalmente estaría con Bakugō como toda mano derecha, pero ese ya no sería el caso. La luna se había convertido en su aliado, mas en lo profundo de su ser sentía que era su enemiga. Katsuki e Izuku ya estarían dentro del portal para entonces. Por lo tarde que era, Eijirou imaginaba que ambos estarían en una caverna, con una fogata al lado, preparándose para el día siguiente. Imaginaba al Alfa observando a un Omega durmiendo, tratando de contener la bestia en su interior. Midoriya probablemente estaría dudando de continuar con lo que parece ser un escape de amantes, probablemente tendría nervios de que Bakugō haga algo sin su consentimiento, probablemente estaría pensando en el peligro en el que se metían... Probablemente estaría deseando que Todoroki no llegue a enterarse jamás, pero ¿qué más da? Su relación con él solo parecía que era su intento de sofocar los pensamientos que tenía hacia Katsuki. ¿Una torpe excusa? ¿Superficial? ¿Relleno? Kirishima no sabía cuál sería la palabra más adecuada. No lo demostraba, pero se sentía atrapado en una de esas pesadillas en las que corría, corría hasta que le ardían los pulmones, presionando la hierba con sus patas y dejando que su pelaje rojo se empapara con la lluvia. El problema era que no se trataba de un sueño. Su lobo aullaba de dolor y vergüenza... Supo que era demasiado cuando comenzó a dejar que se le escaparan pequeños gruñidos de su garganta. Estaba feliz por su mejor amigo, y frustrado consigo mismo. Frustrado por no poder hacer algo. Entonces trató de levantarse los ánimos, pensando que tal vez ser un Errante en estos tiempos no sea tan malo. Si todo marchaba como lo planeado, se olvidaría de que prácticamente se rindió ante un rival y seguiría adelante, sería un héroe, y tendría una familia con Mina -si es que ella no lo va a odiar cuando le cuente la verdad-. La luna, a diferencia de otros días, brillaba con más intensidad esa noche. El fin de semana de cacería estaba empezando.
—Kirishima —una voz aguda lo llamó. Ya había detectado su presencia, aunque poco le importó—. Creí que estabas durmiendo o algo así.
Eijirou sonrió somnoliento.
—¿Qué haces por aquí, Dōkane? No me digas que visitas las habitaciones de los chicos por la noche... —bromeó.
—¡Claro que no, idiota! Si es que llegara a ser pervertida, no sería como Mineta —bufó y se puso a su lado, con el propósito de ver también el paisaje desde la ventana. Kirishima se movió un poco para dejarla apoyarse en ésta—. Solo paseo. Me gusta caminar en las noches, sobre todo porque no hay bulla y puedo... —hizo una pose graciosa-, meditar.
Eijirou soltó una risilla, y de nuevo se fijó en el cielo nocturno. La pequeña Alfa abrió ligeramente la ventana, y la brisa acarició sus cabellos y piel. Se quedaron en un silencio relajante y refrescante, cada uno sumido en sus pensamientos. El pelirrojo observa su reflejo gracias a la luz del satélite. Sus ojos del color del rubí ya no están brillando, y su cabello estaba cayendo gracias a la falta de gel. Se parecía a su yo del pasado, a ese yo que tanto deseaba dejar atrás, a ese yo que había cambiado gracias a la alegría que le había traído Mina a su vida. Inconscientemente hace un gesto de desagrado y enfoca su vista en otra cosa, en una estrella. Entonces le da una ojeada al rostro de Yaseitsu, y se sorprende. Lucía tan calmada y en prosperidad, adjetivos que no pertenecían a su descripción. Parpadeaba lentamente, como consolidando el sueño. Llegaba hasta el punto en que no parecía ser la Alfa extrovertida y fuerte que conocía, sino más bien una chica frágil y sensible. Su gesto mostraba una sonrisa, mas ocultaba un dolor que solo fue perceptible para él, porque también hacía ese tipo de expresiones. ¿Por qué ella estaría triste? Debería estar emocionada ya que la pareja que tanto quería que se apresurara estarían por su cuenta, y quién sabe que cosas harían. Recordó los rumores y fue como un escalofrío recorriendo su espalda. Dōkane podría ser la única persona que lo comprendería si es que llegara a ser cierto. Ella podría darle consejos, o hasta incluso advertirle cómo es la vida de un Errante. Ahora debía intentar hacer que ella soltara algo de su pasado, para que así pudiera confirmar y también desahogarse. Podría ayudarla.
