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Subimos a un adorable cuarto donde había una niña pequeña con un peto vaquero y una camiseta jugando con una pelota de tenis, a botarla contra la pared y luego correr a atraparla

-Ling Ling-la voz de Gu Xian era verdaderamente suave y amorosa cuando llamo a su hija para que se nos acercara.

La habitación también rebosaba de amor. No era el típico cuarto rosa lleno de peluches. Una pared tenía un corcho lleno de fotos de ambos en distintos lugares y riéndose, también había bastantes libros en una estantería. Era el cuarto de alguien amado que pasaba mucho tiempo al aire libre con su padre

-Papa-la niña soltó la pelota y se acercó corriendo a su padre, hasta que vio a los otros dos y se paró en seco, antes de esconderse detrás de Gu Xian

-¿Eres Gu Ding Ling?-intente que mi voz sonara muy amable y suave. No quería caer del lado malo de esta niña, por lo que había oído de ella

-¿Eres la hermana mayor Cheng Huan? ¿La que papa decía?-la niña me miro con ojos inquisidores y muy curiosos

-Ling Ling, creo que deberías llamarla "tía" en lugar de "hermana mayor". Es más respetuoso-dijo Gu Xian

-Pero ella es muy joven-dijo Gu Ding Ling, ganándose mi corazón en ese momento- ¿Llamarla tía no sería insultarla?

Por la expresión de Gu Xian este no era el comportamiento habitual de Gu Ding Ling. Así que pude suspirar de alivio. Esperaba, deseaba, rogaba, por no caer en el lado malo de esta niña

-Ha venido con su hijo Cheng Tai, acaban de mudarse de los Estados Unidos y quiere conocer a niños aquí-dijo Gu Xian- Vamos a salir fuera para que podáis jugar



Los niños son simples de complacer, pensé mientras veía a Cheng Tai y Gu Ding Ling jugar. Era bastante simple, uno de ellos tiraba la pelota de manera que rebotara en la pared, el otro la cogía y la lanzaba de vuelta

Y llevaban así mucho tiempo mientras se inventaban nombres raros para sus tiradas.

-Toma: "Tormenta de fuego"-dijo Cheng Tai

-No podrás con mi "Tiro de trueno"-dijo riéndose de manera malvada Gu Ding Ling

Gu Xian y yo nos miramos de manera cómplice, intentando no reírnos. Los niños se lo estaban tomando bastante en serio, no podíamos echarnos a reír porque se ofenderían. No había nada que llamara más a una rabieta que un niño ofendido

-Cheng Tai, Gu Ding Ling, venid a descansar, lleváis mucho tiempo al sol-llame cuando perdieron la pelota.

Ellos vinieron de manera obediente, también porque estaban cansados. Eso también fue un alivio. Antes, cuando hablaba con Gu Xian, la conversación fluía sin problemas y en temas interesantes.

Hoy habíamos hablado del tiempo. Y por alguna razón, cuando me abanique, Gu Xian aparto la vista

Al cabo de un rato los niños cayeron dormidos y nos marchamos, pero antes de eso quedamos para que se vieran de nuevo la próxima semana


-¿Qué tal con Gu Xian?-dijo mi padre durante la comida

-¿Con Xian? Bien... Creo....-dije de manera vaga

Los ojos de mis padres brillaron, al igual que los de mi abuelo. Estas personas eran como pirañas, no podías dejar salir sangre sin que se lanzaran sobre ti a la vez. Después de eso todos tuvieron uno de esos intercambios de miradas en los que sus intenciones y pensamientos se transmitían perfectamente

Señor presidente, no me casare de nuevo con ustedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora