Capítulo 1

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-¿Le sirvo otra copa? -preguntó el mozo.

Lo mire por unos minutos, pude ver la lástima en su mirada algo que comenzaba a odiar desde hace unos meses.

-Si, por favor. -trate de sonreír.

Sirvió y se fue, ya no sabía qué esperar o si al menos valía la pena seguir en ello.

Y habían pasado más de dos horas, al parecer él no iba a aparecer. Esa era nuestra última oportunidad al igual que ese trabajo en Londres.

-Debería beber un mejor vino si va a seguir esperando.-una voz grave se escuchó a mi lado asustandome.

Un camarero, alto -seguramente 1,90- pelo negro como la noche con unos ojos miel  que llamaron totalmente mi atención. Lo observe apenas levantando la mirada, no sabía si ofenderme o que.

-¿Disculpa? -dije confundido.

-Si quieres intoxicarte sigue tomando eso, pero si quieres degustar un buen vino puedo recomendarte uno o en todo caso te puedo invitar unas copas.-no podía ser legal esa sonrisa tan sexy.

No podía creer lo que estaba escuchando, si bien el hombre se prestaba para el crimen con esa voz grave, esos ojos que parecían querer desnudar mi alma y ese sexy cuerpo que no me hacía más que babear, pero debía al menos hacerme el difícil. 

Aunque quisiera tirarme a esos musculosos brazos y pasar mi lengua por ellos, debía comportarme. Después de todo estaba siendo plantado por alguien "importante".

Solté una leve risa lo que él arqueó una ceja.

-Eres muy descarado o no tienes nada de escrúpulos -esta vez lo mire directamente.

-O solo quiero darte una sugerencia. -dijo con suspicacia.

-Me debato entre intoxícame o aceptar esa copa. -mi voz salió casi como un ronroneo.

Logrando el efecto deseado, pude notar como su mirada pasó de divertida a una llena de algo que no podía descifrar. Se inclinó un poco quedando cerca de mí.

-Pues, si quieres esa copa sería un placer complacerte.

~Noah, ya está tu pedido. -dijo un chico pasando por su lado.

-Claro ya voy. -contestó sin siquiera separar su mirada y sin alejarse ni un poco de mí.

El chico siguió con su camino sin mirar atrás. Volví para ver su reacción pero no había nada en ese lindo rostro que dijera que estaba avergonzado por ser descubierto de tal forma.

-Como escuchaste mi nombre es Noah. -se enderezo sacando un anotador de uno de sus bolsillos y comenzó a escribir algo. -Aquí tienes. -dijo tendiendome una hoja.

La tomé con cuidado, aunque sus dedos acariciaron mi mano en un roce casi imperceptible. Observe por un momento la hoja, era su número.

-Bueno, creo que debería irme. -camino un poco antes de volverse y mirarme. -¿Su nombre?

-Casper. -le sonreí.

-Un placer. -continuó con su camino.

Volví a tomar mi celular con la esperanza de encontrar algún mensaje o llamada perdida pero no había nada. Ya me había cansado, esto era lo que me iba a hacer decidir mi futuro. No esperaría más, ya estaba cansado de esto y ya no creía sentir lo mismo que antes. Le hice una seña a uno de los mozos que se acercó rápidamente.

-¿Señor? -preguntó con una sonrisa.

-La cuenta por favor.

Después de pagar, ya era hora, al salir hacia la calle paré un momento al sentir que algo húmedo caía en mi cabeza. Al levantar la vista me encontré con un cielo nublado, había comenzado a nevar.

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