-Pero miren a quien tenemos aquí. -su sonrisa me deslumbró por completo. -Quien diría que te encontraría aquí -dijo apretando más su agarre.
- ¿A-Alex? -estaba que no caía.
-Por su puesto mi niño. -me abrazo tomándome desprevenido.
¿De verdad era él? Si estaba soñando no quería despertar. Cerré mis ojos apoyándome más en su pecho correspondiendo su abrazo. Lo había extrañado tanto, a pesar de hablar periódicamente con él no era lo mismo.
-Eres malo. -dije separandome un poco. -Nunca me dijiste que habías vuelto. -le reproche con un puchero.
Un carraspeo me sacó de nuestra burbuja haciéndome girar hacia la mesa donde Mara y Blake me miraban sorprendidos. Pero lo que más llamó mi atención e hizo que mi cuerpo se tensara era la mira de Noah, no podía describir que había en ella, pero no me gustaba.
Baje la mirada, me sentía avergonzado, me aleje finalmente por completo de Alex ganándome una mirada de este.
-Disculpen. -dijo Alex haciendo que lo mirara a lo que me guiño un ojo. -Se los robare unos minutos. -tomo mi mano y me sacó hacia una parte donde no había personas, supongo que cerca de los baños. - ¿Te he metido en problemas?
- ¿Que? no. -acaricie mi brazo tratando de sacarme la imagen de los ojos de Noah de mi cabeza.
-Pues no parece. -suspiro. -No te había dije que volví porque estaba muy ocupado además de pensaba darte una sorpresa.
- ¿En serio? -Asintió. -Bueno al menos la sorpresa la conseguiste. -dije riendo.
-Al menos eso. ¿Cómo has estado? -pregunto acariciando mi mejilla. -Te he extrañado demasiado.
-Muchas cosas pasaron. -le sonreí. -Te tengo una buena noticia. -tome su mano que descansaba cerca de mi cuello. -Me han aceptado.
- ¡¿En serio?! -asentí, se acercó pasando sus manos por mi cintura y alzándome un poco para abrazarme haciéndome girar. - ¡Estoy tan feliz! ¡Ahora podremos estar más tiempo juntos!
-Ya, para... -dije entre risas, me bajo soltándome para mirarme. -Quería decírtelo, pero no me alcanzo el tiempo.
-No tienes que preocuparte, aunque hubiera sido una buena sorpresa encontrarte después.
-La verdad. Creo que ya debería volver, mis amigos deben estar preocupados, es más, se me hace raro que Blake no viniera a buscarme creyendo que me has raptado.
Ambos reímos mientras nos encaminamos a las mesas.
-Aunque no me desagrada la idea de tenerte todo para mí quiero conocer al famoso Blake por el cual me cambiaste.
Llegamos a la mesa donde la pareja me esperaba y nos miraron a ambos. Blake se puso de pie acercándose más a nosotros.
-Blake, él es Alex. -dije presentándolos, ambos se dieron la mano. -Te hable de él, es mi amigo de la infancia. Ah, y ella es Mara prometida de Blake. -Alex la saludo con un beso en la mejilla.
-Es un placer conocerlos, he escuchado mucho de ti Blake. Gracias por cuidar a mi niño.
-No hay porque, es como un hermano pequeño para mí. -respondió esté orgulloso.
-Te entiendo, él provoca ese tipo de sensación de querer protegerlo. -ambos chicos rieron.
-La verdad, cuando lo conocí no hacía más que meterse en problemas. -esta vez rieron más fuerte llamando la atención de varias personas.
-Yah, no los presente para que se pusieran a hablar mal de mí y en mi cara para el colmo. -hice un puchero sentándome como un niño enojado.
-No les prestes atención cariño. -dijo Mara divertida. -No es que lo hagas apropósito. -soltó una carcajada secundada por los otros dos.
-Los odio. -desvié la mirada.
-Bueno, ya. -dijo Alex secándose una lágrima imaginaria. -Los dejo comer en paz. Niño, avísame cuando estés libre así hablamos. -revolvió mi cabello cariñosamente haciéndome sonreír. -Nuevamente, un placer conocerlos y espero verlos pronto. -y con eso se fue.
La cena transcurrió sin más impedimentos, aunque no había vuelto a ver a Noah. La mirada que tenía aún me tiene confundido, no saber que pasaba por su mente me inquieta un poco.
El tono de un celular me bajo de mi burbuja.
-Disculpen, debo tomar esto. -dijo Blake levantándose y marchándose.
Ya no tenía hambre, mi estómago se había cerrado. Tantas cosas tenía ahora en mi mente que no lograba concretar una. Y yo que había decidido no pensar, si tan solo pudiera.
- ¿Estas así por Noah? -preguntó Mara.
- ¿Eh? -la mire confundido repasando su pregunta en mi cabeza. -Si te digo que no, te estaría mintiendo. -hice una mueca.
-Entonces no lo hagas, vamos Tay, llevas viviendo con nosotros dos semanas y aunque te conozco de relativamente poco sé que eres como un libro abierto. Tu cuerpo expresa cada sentimiento que tienes y más tus expresiones.
Lleve mis manos hacia la parte nombrada como si con ellas pudiera ver a lo que se refería, imposible.
-No lo entiendo. -hable finalmente, necesitaba expresar lo que pensaba, cada segundo que pasaba era más confuso para mí. - ¿Por qué de todos los lugares tenías que traerme aquí? -no lo pregunte afligido. -No estoy listo para verlo, ni siquiera sé porque me siento tan confuso. Su mirada, hace unos minutos, no la entiendo. -dije lo último tan rápido que ni yo logré entenderme.
- ¿Por qué te traje aquí? -repitió mi pregunta pensativa, su expresión se volvió seria. -Para ver si alguno de los dos da el primer paso para dejar de comportarse como niños y se sientan a hablar como los adultos que son. -Ella sí, que sonó molesta. Bufo. -Lo único que quiero que al menos se den la oportunidad de charlar. Tú te irás, ¿al menos no crees que merece saber eso?
-Pero si entre él y yo no hay nada Mara, ¿no lo entiendes? fueron encuentros, nada más. -levante un poco la voz, ya se lo había dicho, no comprendo porque ella no acepta eso. -Ni siquiera sé si siente algo por mí. -susurre exasperado.
-Nunca lo sabrás si no hablan Casper. -corto. -Y no lo digo solo porque es mi hermano, te aprecio lo suficiente como para no querer verte sufrir.
- ¿Sabes qué? Gracias por la comida, te dejo mi parte. -saque un par de billetes poniéndolos en la mesa y levantándome. -No quiero seguir hablando de esto, es más, no quiero estar aquí. Me largo.
Me aleje escuchando como ella me llamaba, pero ni por un segundo me detuve o me gire. Salí por la puerta y agradecía no haber encontrado a ninguno de ellos.
Era un poco tarde y no había movimiento casi, pero logré parar un taxi. No iba a volver a su departamento, después de la escena que había montado ni siquiera sería capaz de mirarla a la cara.
ESTÁS LEYENDO
Keyframe
Teen Fiction-¿Le sirvo otra copa? Una pregunta muy simple que desencadenan una serie de eventos, de los cuales ninguno estaba preparado. La pasión parece arder al instante, tan compatibles y a la vez tan diferentes. ¿Podrán sobrellevar los problemas que hay fu...