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No era divertido esperar a tu hermana en un centro comercial, ni mucho menos tener que esperarla afuera de un local donde vendían vestidos larguísimos como esos que utilizan las novias pero aquí había un pequeño detalle: su hermana no se iba a casar, se iba a graduar de la Universidad y para Yeonjun ahora era muy complicado pues su hermana llevaba HORAS adentro de este local probandose vestido tras vestido y ninguno le agradaba.

—¿Cuánto más te tengo que esperar?

YeonJun se estaba hartando en ver a las personas ir y venir. Por eso le gritó a su hermana y ésta sin duda le reprochó.

—¡Yah! No grites. Esperarás el tiempo que sea necesario, ve a jugar en el tobogán o en el colum...

—Yeri ya estoy grande para ésas cosas. -Extendió su mano hacia su hermana- Dame un poco de dinero y te juro que no te molestaré más.

—¿Crees que te voy a dar mi dinero que con esfuerzo ahorré para mi vestido? - Se rió su hermana sarcásticamente- Vete a sentar allá afuera y no vuelvas a gritar que te juro que te jalaré los pelos.

Fue la ultima sentencia de su hermana antes de que se perdiera entre todos los vestidos de graduación, dejando a Yeon con la palabra en la boca. Éste suspiró y se alejó para poder tomar asiento en una de las bancas del centro comercial, sin nada que hacer.

Veía a los adolescentes mayores que él, tomarse fotos con sus celulares haciendo poses bastante raras o eso creía Yeon. Rodó los ojos y observó a otro lado, encontrándose con el puesto de helados de un mc donalds, quería uno pero no tenía dinero para comprarlo. De hecho lo que traía era un hambre feroz pues no había comido y ya eran pasadas las 5 de la tarde. ¡Genial su hermana lo iba a dejar morir!

—Que injusto, desearía ya estar en casa ahora mismo.

Susurró mientras hacia un puchero por el enojo.

Tenia hambre

Estaba aburrido

Y el chico de las galletas pasó enfrente de él, que curioso.

...

¡EL CHICO DE LAS GALLETAS PASÓ ENFRENTE DE YEONJUN!

YeonJun se levantó asombrado y siguió con la mirada hacia donde había ido aquel chico, tal vez fue coincidencia o destino pero aquel chico justamente llegó hasta el puesto de helados, pidiendo uno a la señorita de la caja. Juraba Yeon que su estomago en cualquier momento moriría por tanta hambre que tenía, hizo un puchero y luego se sentó en la banqueta estaba molesto porque no tenía dinero ni para comprar las galletas oreo del chico.

—¡Jimin! ¿Vas a querer un helado o no?

Jimin...ese nombre lo conocía.

—¡AHÍ VOY KOOKIE!

El chico de cabello rubio pasó como una ráfaga de viento en dirección al chico de cabello azabache y por supuesto YeonJun lo conocía...lo conocía muy bien.

Y entonces a YeonJun se le prendió el foco.

Alcanzó a Jimin y lo detuvo sujetandole el brazo, éste al sentir el tacto se giró rapidamente confundido luego su expresión cambió a una de terror.

—¡Sunbae es bueno verlo por aquí!

Aquel niño que había secuestrado su uniforme estaba parado frente a él, nuevamente y el pobre de Jimin no tenía escapatoria pese a querer salir huyendo de ahí.

—¡YAH, SUÉLTAME! NO SOY TU SUNBAE.

Jaló su brazo para que lo soltara repetidas veces pero YeonJun sólo sonreía como un chiquillo inocente aunque bien tenía algo bajo la manga. Con la otra mano Yeon le presionó los cachetes a Jimin haciendo que se juntaran y pareciera que el rubio estuviera haciendo cara de pez.

Jimin gruñó molesto.

—Sunbae ¿Me puede regalar su helado por favor? Le prometo que yo le recompensaré con uno más delicioso. Sólo por ésta ocasión ¿Sí?

Jimin movió su cabeza en signo de negación.

—Sueftafme ¡JUFGKOFFG!

—¡Por favor Sunbae!

Cuando YeonJun se proponía a obtener algo, lo conseguía poniendo aquella cara de sufrimiento bueno, eso funcionaba con su abuela cuando quería dulces no sabía si con un chico de menor estatura y gruñón funcionaría.

—¡JIMIN! ¿DÓNDE ESTÁS?

—Sunbaeee por favor~

Sí, Jimin odiaba a los niños.

—Sí bueno ya llegué Kookie, perdón por tardar.

El chico de cabello azabache tenía en sus manos dos helados, uno de vainilla y el otro combinado; pensaba ofrecerle uno a su mejor amigo no obstante cuando vio a aquel chico se quedó parado como una estatua.

—¿Qué hace él aquí?

—Mi...dongsaeng se ha quedado sin dinero y tiene hambre, me preguntaba si tú tal vez le podrías dar mi hel...

—No. Sabes las reglas que tenemos, no compartir nuestros alimentos a otras personas...menos a extraños.

Y miró con seriedad al pequeño YeonJun que trataba de mantener aquella sonrisa inocente, al hacer contacto con sus ojos éste lo saludó.

—HOLIII

-No te daré el helado hasta que él se haya ido, he dicho.

Se dio la vuelta no sin antes fulminar con la mirada a los dos chicos, Jimin le suplicaba que le diera su helado y Yeon, bueno éste último daba saltitos, divirtiéndose por aquella situación.

Dieron vueltas por todo el centro comercial y Jungkook nunca soltó los helados, inclusive si se le escurrían en las manos no estaba dispuesto a darle uno a un extraño

—¡ASH TE ODIO NIÑO!

Protestó Jimin cuando vio que el cono que antes traía su helado había sido tirado a la basura por su amigo.

—El recorrido se acabó y no tuviste tu helado, te lo dije. Ahora vamos a casa.

Jungkook dio la vuelta y se retiró, seguido de Jimin que le dio una última mirada de odio a YeonJun antes de irse corriendo tras su amigo. YeonJun ahora estaba triste no había conseguido comida ni la empatía de Kookie que ahora había confirmado sí, ese chico lo odiaba a morir.

Vaya que pésimo día.

Ojalá cuando lo vuelva a encontrar esperaba y tuviera unas galletas oreo a la mano.

¿Tienes Oreos?  [YeonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora