¿Lo ves papá? Te puedes volver a enamorar

Capítulo 5 - parte 2

Hola, aquí esta la actualización. Espero les guste. De paso les informo que los capítulos anteriores han sido modificados un poco, por si quieren volver a leerlos. Este capítulo y el anterior aún están en modificación, por lo que puede que la próxima semana este capítulo contenga más. Después de tanto rollo, disfruten el capitulo.

Caṕítulo dedicado a:

Sil-Strife

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-¿Qué te pasa Jack, por qué has estado nervioso?

-¿Yo?

-Sí, ¿o hay alguien más en esta mesa que se llama Jack? Vamos, dime porque has estado nervioso

-... Merida, tengo algo importante que decirte...

-Pues adelante.

-Yo, yo...

-¿Tú?

Era imposible concentrarse, perderse en la mirada de Merida era tan sencillo para Jak.

-Vamos Jack, ya dilo

-Me preguntaba si quisieras ir a la fiesta de mi prima.

-¿A la fiesta de tu prima?

-¿Sí?

-Tanto rollo para invitarme a la fiesta de tu prima.... está bien, iré ¿Cuándo será?

-Este sábado a las tres, paso por ti, ¿te parece?

-Sí está bien

-¿En serio le dijiste eso?

-Sí

-Jajajajaja

-No te rías

-Pero es que es gracioso, unas horas después de coconocerla ya la invitas a tomar un chocolate, pero no puedes pedirle que sea tu novia, -dijo Hans y volvió a reírse-.

-Bueno ya, deja de reírte... por cierto, ya sabes que mi tía te considera de la familia, y pues estás invitado a la fiesta....

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-¿Ya estás lista? Estoy  frente de tu casa.

-Esperame un momento, ya salgo -contestó Merida al otro lado de la linea-.

La puerta de se casa se abrió,Merida estaba hermosa, como siempre.

-Te vez bien -dijo Jack mientras abría la puerta de su automóvil para que ella entrara-, pero es raro verte con un vestido, vestida así pareces aún más una princesa.

-Ni lo menciones muñeco de nieve, mi madre me obligo a vestirme así.

-¿Muñeco de nieve? -preguntó Jack mientras conducía-.

-Sí, es tu nuevo apodo.

-Pero ¿por qué?

-Porque siempre te vez tan pálido que parece que tienes albinismo, aunque tus cejas descartan esto...

-No, digo que porqué se te ocurrió ponerme un apodo.

-Si tu me sigues llamando princesa, yo debería llamarte de algún modo ¿no? En fin, cuantos años dijiste que tiene tu prima.

-Nueve.

-Entonces aún juega con muñecas  ¿verdad?

-Supongo que sí.

-Espero que le guste la que le regalaré.

-¡Es verdad, el regalo!

-No me digas que aún no lo has comprado -dijo Merida riendo-.

-No es eso, sólo que lo olvidé en mi casa -dijo Jack mientras conducía a su casa-.

-Esperame aquí, no tardo -dijo y bajo del auto-.

-Linda casa -dijo Merida para sí mientras observaba la casa de Jack y las demás-.

-Lo tengo, ahora si podemos irnos -dijo al subir al auto-.

-No me dijiste que tu familia era tan rica, me dijiste que vivías en una calle de ricos, pero, después de ver tu casa y la de ellos, me atrevo a decir que ustedes son más ricos.

-Ni tanto, espera a ver el castillo de mi tía.

-¿Castillo?

-Es broma -dijo estacionando el auto-, llegamos -anunció-.