Odio amarte ♡MIRITAMA♡ Re-subida

Otro día más

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Espero sea de tu agrado.

El siguiente capítulo es dedicado a Rogue_Eucliffe por ser la primera personita en comentar en el capítulo anterior. ¿Alguien quiere ser el próximo? ¿No? Okay :'3

¡Que lo disfruten!

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Tamaki aún estaba aprendiendo a volver a la realidad luego de todos esos sueños que creaba su subconsciente durante la madrugada. Asistir a la escuela no era tan malo, después de todo, debía hacerlo para volverse todo un héroe hecho y derecho como siempre quiso. Además ahí podría ver a su amigo una vez más.

El día anterior había sido peculiar, pues tuvieron que presentarse ante un grupo de primer año como los tres grandes. El azabache aún no se acostumbraba a ese nombre, ni a hablar frente a un público numeroso pero al final creó una interesante conclusión, y no trataba precisamente del como Mirio había derrotado a toda una clase de héroes entera en cuestión de minutos; Ese día de nuevo recordó una de las más grandes virtudes de Mirio. No era su Quirk o gran atractivo, era que al pasar de los años él nunca se rindió e hizo un gran esfuerzo para salir adelante, aún con todas las horribles condiciones que su cuerpo debía pasar cuando utilizaba su Quirk.

»Mirio no solo será un gran héroe, es mi sol y lo será para muchas personas más«

— ¡A puesto a que hoy será un gran día! —. La voz de Nejire siempre era así de energica. Esta vez su profesor se había atrasado un poco y aprovecharon el tiempo para conversar, al fin y al cabo a su compañera rara vez se le veía callada.

— ¡Claro! El día de ayer fue muy motivador ¿No lo creen?

— ¿Ayer? ¡Si! Casi lo olvido. Habían niñas muy lindas y agradables en la otra clase, ojalá pueda hacer nuevas amigas pronto.

— ¿Ah si?... — Amajiki miraba a otra parte con frustración. ¿Qué tal si Mirio ya se había fijado en alguna linda estudiante de la UA? No sería algo imposible.

— ¿A tí no te gustó ninguna, Tamaki? ¡Verte enamorado sería de lo más tierno!

— No — Contestó a secas. Por desgracia su rostro se había enrojecido ligeramente ante la vergüenza causada por el comentario de la peli-azul. Seguramente no le traería nada bueno.

— Oh por All Migth... ¡Si te gusta alguien! — Gritó señalando el rostro de su amigo, para su buena o mala suerte disimular nunca fue lo suyo.

— ¿Eso es verdad?

— ¿Qué no lo ves, Miro? ¡Su rostro arde de amor! ¿Cuándo podremos conocerla? ¿Es alguien de la UA?

— ¡Ya dije que no! — Dijo el azabache casi gritando. Fue algo tan poco usual que todos los presentes en la clase voltearon su vista hasta él. Tamaki, al sentir todas esas miradas y no tener una pared cerca, optó por pegar su frente al escritorio de su banca y con sus ya habituales temblores esperó a que poco a poco dejasen de mirarlo.

¿Cómo reaccionarían los demás si superan que le gustaba un hombre? O más importante ¿Que haría Mirio al enterarse? Sobre todo si llegara a saber que incluso acababa de soñar con él el situaciones comprometedoras.

»¿Por qué tuve que recordar eso?«

Su sonrojo aumentó de golpe sin previo aviso. Seguramente nunca será bueno controlando los nervios, simplemente no podía. ¿O si? Lo único que tuvo que hacer esta vez fue prestar atención a las risas de sus amigos, especialmente a la del chico rubio. Milagrosamente la calma llegó a él con solo oír atentamente la risa de su enamorado, no entendía como era posible, pero podía dar por hecho que él siempre lograba hacerlo sentir seguro.

— ¿Alguna vez te has enamorado, Mirio?

— ¿Qué hay de tí? ¿Tú si?

A Tamaki no le parecía muy normal que su compañero evitara preguntas con más preguntas, y le hubiera gustado escuchar una respuesta, pero debía conformarse con escuchar a su mejor amiga hablar sin parar sobre sus antiguos amoríos, o hasta fantasías.

»Nunca viviré una "historia de amor" con nadie« Pensaba el azabache con resignación.

Amajiki se odiaba a sí mismo por pensar demasiado en que la persona que amaba les ocultaba algo al no responder. Odiaba ser tan inseguro que daba casi por hecho que Mirio amaría a cualquier otra persona antes que a él, pero sobre todo odiaba tener que sufrir silenciosamente por ese maldito fenómeno en su cerebro llamado "amor".

Aún mientras contaba sus historias al joven Togata, quien mantenía su vista en ella con curiosidad, notó como su otro mejor amigo se hacía aún más pequeño en su asiento. Para ella hablar sin parar era un don y una maldición, más la primera parte si se sabía usar bien. La próxima vez no pararía hasta sacar toda la verdad a la luz.

Jamás deberían subestimar a una mujer.