✨Feelings✨

Tras La Dureza De Una Mujer

No me considero mujer aún, pero en un ámbito general lo soy o lo seré por lo que hay una verdad fundamental que he descubierto a mi al rededor y es ésta:

Tras la dureza de toda mujer hay dolor.

Ninguna mujer se vuelve dura porque si, nadie se encierra porque si; una persona DECIDE encerrarse para protegerse, una mujer se vuelve dura a causa de un dolor y solo busca protegerse a sí misma... o eso piensa.

En mi caso no me ha ocurrido, tal vez una que otra vez he decidido encerrarme...pero la verdad es que no duro mucho así.

Aún así se bien que detrás de toda dureza hay un dolor. Y con razón porque el dolor propio nubla la mente; te impide ver el dolor de otros y te vuelve frío con los demás con tal de que no te lastimen ¿está mal encerrarse?

¿Que aprendió el caballero? El no era mujer, pero luchaba con el orgullo masculino —o machismo — arraigado.

Las mujeres somos princesas que quedamos encerradas en castillos — como los caballeros en su armadura —, con un dragón rodeándonos, sí, el miedo y la duda nos asechan mientras estamos atrapadas en nuestro propio castillo —o nuestro propio mundo —. Entonces solo entonces luchamos con nosotras mismas.

Tristemente en esa lucha con nosotras mismas no nos vemos en el espejo del potencial, perdemos la esencia de ser mujer; de sentir de aquella manera tan especial, de amar porque estamos hechas de amor, de ser cariñosas, buenas, generosas y bondadosas, de que nuestra habla sea dulce como la miel y sanadora como las flores, de ser un alma muy brillante en conocimiento ... ¿No deberíamos reconocer ese potencial? ¿No deberíamos escuchar ese silencio del castillo?

Porque así, y solo así, iluminaremos nuestro castillo para vernos en el
espejo del potencial —ya que no es lo mismo "escuchar" lo que eres a "ver" lo que eres—, tendremos la valentía y la osadía de enfrentar al dragón —junto con un caballero o no —, ya no estaremos encerradas sino que disfrutaremos de nuestro castillo cuando queramos: siempre con equilibrio. Y finalmente nos daremos cuenta de lo que estamos hechas y lo que podemos ofrecer: amor.

El dolor se cura con amor.

El amor propio —el que te das —
Y el amor que te dan los demás.

Valóralo; valora aquellas amistades y confía en ellas, confía en que pueden estar en tu corazón, para eso las escogiste detenidamente.

Realmente a nadie le gusta estar encerrado ni en una armadura ni en un castillo. Luego de estar tanto tiempo encerrada debes explorar el paisaje, la naturaleza, tu entorno, recolectando esas gemas preciadas y atesorandolas por el resto de tu vida en tu brillante castillo sin dragones.