Segunda Oportunidad

2. Hola extraño

      Los empleados empezaron a llegar, Nadia y Sophie siempre eran las primeras, eran las meseras del lugar, Nadia tenia 25 y era mamá soltera, Sophie 19 y planeaba estudiar diseño industrial en Los Ángeles y trabajaba para pagar su matricula. Luego llego Carlo el cocinero, realmente era bueno en la cocina, a Kev le gustaban mucho sus platillos y desde que su padre y Scott fallecieron el era lo mas parecido a familia y el apoyo que necesitaba. Esa mañana Sophie dio la noticia de que al iniciar el año siguiente se iría por fin a Los Ángeles. Y aunque eso le dio un gusto increíble a Kev, también lo lleno de temor, al menos en los últimos 2 años después del accidente, no había habido ningún cambio en su vida, siempre las mismas personas, siempre el mismo lugar y sobre todo siempre la misma rutina que tanta paz le daba, no tenia ni idea de que iba a hacer ahora.

Llego el día y Sophie se fue, Kev no era de confiar mucho en los demás y mucho menos en los extraños; así que les comunico que se las arreglarían bien solos los 3, y que no había necesidad de suplir a Sophie con ningún extraño... al principio así fue, pero por algún motivo misterioso, a el pueblo llegaban mas turistas que antes y el café se estaba volviendo un caos. Justo a las dos semanas que se fue Sophie, una mañana, llego como de costumbre al café, antes que el sol siquiera saliera, y se dio cuenta que no habían sacado la basura, (cosa que cuando era día de hacerlo lo hacían entre el y Carlo, era un trabajo pesado), dado que Carlo llegaría un par de horas después y el camión pasaba justo a las 7:00am, decidió hacerlo el mismo a como diera lugar, cargo un par de bolsas y cuando estaba apunto de irse de bruces unas manos fuertes y varoniles lo sujetaron por la espalda al tiempo que le quitaban una de las bolsas... El momento duro una fracción de segundo, pero para Kev al verse reflejado y cautivado en ese hermoso par de ojos y sentir esas increíblemente fuertes manos en su espalda fue realmente largo, hasta que una voz que cuadraba perfecto con la mirada y las manos interrumpió el momento diciendo...

-Cuidado, creo que necesitas ayuda.

-Gracias, pero puedo arreglármelas bien solo.

-Eso se nota- le dijo en tono sarcástico y luego repuso- Pero mi madre no me perdonaría si te dejara cargar esas bolsas solo. Por favor.- El extraño chico le bloqueo el paso y le estiro ambas manos.