Los meses pasaron tan rápidos como el caer de las hojas en otoño, siendo llevadas por la brisa que disipa los viles pensamientos que torturan mentes. Pensamientos que a veces se apoderaban de la renacida, cuando memorias de su pasado se hacían presentes, pero su madre siempre estaba con ella cuando su pasado quería arremeter a su presente. Como si sintiera que algo iba mal, la mujer tomaba en sus brazos a su tesoro y le cantaba bellas melodías que hablandaba el diminuto corazón de la menor, donde al fin tenía su merecido descanso sin que las pesadillas la torturasen.
Era tanto el amor que le brindaba, que a veces Suni se preguntaba si no era una clase de ángel que había sido enviada desde los cielos para ayudarla. Agradecía a lo que sea que Le entregó con tanta magnitud a su ahora madre, que siempre estaba ahí para ella, apoyando la aunque la mujer no pudiera darse cuenta, pero Suni aún le estaba agradecida por todo lo que hacía por ella. Siempre estaba ahí a su lado, no importa el horario; cuando pudo darse vuelta o sentarse y mover más su cuerpesito, cuando comenzó a gatear y balbucear cosas sin sentido. Ahí estaba ella acompañarla y darle ánimos.
Y ahora a sus 10 meses se encontraba a unos pocos pies de distancia de la bella mujer que extendía sus brazos hacia ella, y una de aquellas sonrisas que iluminarán hasta las más oscuras de las habitaciones. Su pequeña niña estaba dando sus primeros pasos y la felicidad no podía encajar en todo su ser, consiguiendo que se desprendierá por cada poro de su cuerpo, provocando que sus ojos se iluminarán con más intensidad de lo que normalmente brillaban.
Uno, dos, tres y cuatro pasos más, y la u ye que la ha se encontraba envuelta por unos brazos que le brindaba calidez en todo su esplendor. La mujer llamada Soo chillo con emoción genuina sin poder quitar la gran sonrisa de su rostro, mientras besaba la cabeza de su niña.—Oh dios mio! Estoy tan orgullosa de ti, mi niña! — adulo chon orgullo materno a la niña que traía en brazos. Esta contagiada por su felicidad, río. Sonido que enamoraba más a la mayor que chollo como toda fan por su artista favorito.
—Y como regalo por tu esfuerzo, tomaremos una rica leche con chocolate. ¿Que te parece? —propuso emocionada Soo a su pequeña luz, la cual guatosa por aquella tentadora propuesta, balbuceo de acuerdo, haciendo reír a la mayor.
Suni a veces, más bien la mayoría de las veces, se frustrada al no poder y hablar correctamente o tener el control completo de su pequeño cuerpo. Tenia tantas ganas de decirle que apreciaba todo lo que hizo por ella desde que renació, pero sería sutil en eso cuando llegara el momento, osea, te imaginas a un bebé de 10 mese hablando como alguien maduro? De seguro sería secuestrada por científicos locos para abrirle la cabeza y examinarla. Así que espero hasta que cumplió el año para decir algunas palabras. Y como regalo de su parte, su primera palabra fue "mama". Soo no podría a ver estado tan emocionada y feliz, que no pudo evitar que lágrimas de felicidad inundará sus esferas marrones y se deslizaran por sus suaves mejillas caramelo.
Suni no sólo estaba contenta de poder caminar con más libertad o hablar, si no que era su primera vez saliendo al exterior, fuera de las paredes que construían su hogar. Había extrañado la brisa en su piel y el calor del sol calentando su cuerpo. Soo había vestido a su pequeña con un hermoso vestido de manga larga morado, con detalles negros en forma de estrellas que se exparcian por toda la falta en forma de campana, que combinaban con sus cancanes negras y sus zapatitos morados. Por encima de su vestimenta, fue colocado una capa color crema con una capucha que cubría sus llamativos cabellos violetas y sombreada sus deslumbrantes esferas verde agua fosforescentes con destellos zafiros. La misma capa había sido puesta en ella misma, pero de un color verde militar, tapando sus rasgos iguales de llamativos, cosa que extraño a la renacida, pero lo ignoro y comenzó a ver a su al rededor con ojos curiosos.
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Change [Mystic Messenger]
FanficLa muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos. ×Mystic Mensseger y sus personajes desgraciadamente no me pertenecen , le pertenecen al Dios Cheritz a excepción de mi Oc y otr...