Un año

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Al regresar al bosque tuvo todo un año para preparar la llegada del príncipe Carlos a su pequeña casa y con ello pensó en como cuidar a la joven Diana del peligro que corría gracias a la profecía, se le podían ocurrir mil y una maneras de poder protegerla, un hechizo era lo mas conveniente pero no podía ignorar lo que le habían dicho los astros, no podía descartar esa idea.

En la noche del cumpleaños de la princesa Diana la hechicera decidió entrar al reino esta vez sin su caballo para evitar ser vista, llevaba con ella una espada y una cuerda, se movió bajo la oscuridad tratando de no hacer ruido, de ser lo mas sigilosa posible para así poder llegar al castillo.

Escaló hasta la torre mas alta, ahí se encontraba la habitación de la princesa, iba tras ella. Abrió la ventana y se metió a la alcoba, cargó a la bebé con cuidado de no despertarla y la cubrió con una cobija que se encontraba en su cuna. Salió por la puerta, para su fortuna, no había nadie en el pasillo o en las escaleras pero el problema fue salir ya que había guardias, decidió ir por la cocina y salir por una ventana.

Llegó al pueblo y estaba todo muy oscuro y silencioso, ahí fue cuando Alma se dio cuenta que su hija ya no estaba, se escuchó un enorme grito y con ello los guardias salieron en busca de la heredera. Ariel se cubrió con su caperuza negra y comenzó a correr mientras varios guardias la perseguían y con ello la bebé comenzó a llorar. Se escondió en un callejón para tranquilizar a la bebé y esperar a que los guardias se alejaran.

Cuando todo se calmó salió de ahí, llegó al bosque y caminó hacia su casa pero antes hizo un hechizo para que nadie pudiera pasar del reino al bosque y viceversa. Llegó a su pequeña cabaña y solo quedaba esperar una semana para la llegada de Carlos.

Y así fue, llegó una carroza al medio día al bosque con la reina y el hijo en ella. Hannah se quedó un momento con Ariel para aclarar dudas sobre el plan.

-Por último ¿Supiste que la princesa Diana desapareció?- preguntó Hannah con mucha curiosidad en su voz- ¿Esto es parte de la profecía?

-Si, si supe, yo estaba ahí, yo tengo a la princesa.

-¿Es en serio?

-Si, y por lógica debe ser parte de la profecía, sigue en pie.

No se dijo nada mas, Hannah caminó hacia la puerta y Ariel la siguió, se subió a la carroza y se quedó pensativa.

-Cuida a mi hijo como si tu vida dependiera de ella -cerró la puerta y los caballos empezaron a cabalgar.

Por parte del reino de los Hamill, se seguía buscando a la joven heredera, los guardias llegaron hasta el bosque pero gracias al hechizo no pudieron cruzar, se decía que estaba encantado, los aldeanos no se equivocaban pero no había nadie que lo confirmara. Y por parte de los Lowell, Hannah mandó a construir un gran muro entre su reino y el bosque.

Había una vez una guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora