Cuidar

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Teniendo a cargo a una niña y un niño de uno y dos años de edad cambió por completo su vida. En un principio fue algo sumamente difícil, no sabía que darles de comer, como cuidarlos, a que hora deberían dormir entre otras. Pero con el paso del tiempo tomó un control sorprendente y los herederos formaron una fuerte, hermosa y sincera amistad.

A Ariel le encantaba verlos jugar con los pajaritos que se encontraban en el bosque pero tenían muy claro dos cosas, que no podían trepar el muro que se encontraba al este y no podían pasar al reino que se encontraba al oeste.

Carlos creció creyendo que Ariel lo encontró bajo una tormenta en una ciudad muy lejana en medio de la noche y Diana que la había encontrado en una cesta cubierta con una manta. Los herederos eran felices el uno con el otro, se convirtieron en mejores amigos y se cuidaban entre si.

Cada que cumplían años los herederos se escuchaba un gran escándalo del reino de los Hamill, un festejo que organizaba la reina para su hija perdida, para ver si volvía, cosa que no pasaba, en cambio Ariel les preparaba un pastel a cada uno. Pero eso no era suficiente, Diana era muy curiosa y cuando cumplió 17 años decidió acercarse a su reino bajo la luz de la luna.

Tomó una caperuza, tal y como Ariel lo hacía y empezó a caminar lo mas cuidadosa y silenciosamente posible hasta que alguien la tomó del hombre y le dirigió la palabra.

-¿Qué estas haciendo?

-Carlos, guarda silencio, Ariel nos puede escuchar.

-No estaría mal, sabes que no debemos acercarnos a las orillas del bosque.

-¿Y? No me digas que a ti no te da curiosidad entrar ahí, a donde está todo el ruido, o trepar ese gran muro ¿Por qué no podemos salir de aquí? ¿Qué es lo que nos esconde Ariel?

-Tal vez solo quiere protegernos, tal vez ese mundo no es para noso...

Carlos se calló y se dio la vuelta, escuchó unos pasos y puso a Diana tras el, podía ser un animal del bosque hasta que un rayo de luz de luna iluminó la silueta de Ariel. Se mostraba tranquila, sabía que un día mostrarían curiosidad por salir del bosque.

-Ariel, hola- dijo Carlos nervioso- no queríamos salir del bosque, estaba siguiendo a Diana, no es su culpa, simplemente es muy curiosa, ya sabes como es.

-No te preocupes, es normal, algún día tenía que pasar. Vengan, vamos a casa, es tarde.

Empezaron a caminar para llegar a su hogar, había un silencio incómodo hasta que Ariel le dirigió la palabra a Diana.

-¿Por qué tienes tanta inquietud en ir hacia ese escándalo?

-¿Por qué no lo tendría? No me digas que tu no quieres ir, hay muchas cosas que podemos descubrir.

-Ya he ido, Diana, antes de conocerlos a ustedes dos, y por experiencia puedo decir que ese lugar no es para ustedes, solo quiero protegeros, les prometo que están mejor aquí conmigo, en el bosque que en otro lugar.

Diana no quiso comentar algo mas, confiaba en Ariel, pero mas que nada en el mundo quería saber porque no podían salir y no se quedaría sin respuestas. Al llegar a la cabaña y entrar a su habitación se le hacía imposible conciliar el sueño al igual que a Carlos.

-¿Sigues despierta?- preguntó Carlos entrando a la habitación de Diana.

-Si, ¿que se te ofrece?

-También quiero saber porque no podemos salir del bosque- dijo Carlos al mismo tiempo que se sentaba en la cama de Diana- he estado pensando, y no creo que Ariel me haya recogido de en una lluviosa noche o te haya encontrado en una cesta.

-¿Qué es lo que supones que en realidad pasó?

-Sabemos que Ariel es una hechicera, hay miles de libros en esta casa y ya he leído la mayoría, leyendas, hechizos, conjuros y hay demasiados de profecías. Suelo subir a los árboles y puedo ver algo de lo que hay mas allá del  bosque, mas allá del muro, son reinos, Diana, ¡reinos!

-¿No crees que le bosque este hechizado por Ariel?-preguntó Diana mientras tomaba asiento en su cama.

Mientras tanto, Ariel se encontraba en la puerta, escuchando la conversación de los herederos pensando si debía decirles la verdad. Se estaban cumpliendo 18 años de la profecía, ya era mucho tiempo y no tardarían en descubrir la verdad, si sabían conectar la información que tenían en sus manos sabrán todo.

-Ay Diana, eso es lo de menos. - dijo Carlos y soltó un suspiro- he descubierto muchas cosas, pero ya es tarde, en la mañana te cuento- se paró de la cama y esperó a que Diana se recostara.- descansa, feliz cumpleaños.

Carlos salió dela habitación, cerró la puerta y vio a Ariel.

-Tenemos que hablar.

Había una vez una guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora