Hacia un corto tiempo, esos sueños iniciaron, pero no los relaciono con algo, todo era tan infeliz que en realidad podría pasar como si fuera una pesadilla, no había nada bueno de aquello, de hecho pensaba que debía ser como una manera inconsciente por la cual veía reflejado su "trauma de la infancia" él ser simplemente abandonado y de colmo ser el hijo ilegítimo, sin embargo algo que podía destacar era la aparición de cierta persona
Aquel pueblo acabado por la guerra, los soldados pasando, como si no les importara que aún hubiera gente viva o por el contrario que se estuviera muriendo, él, que de alguna manera logró sobrevivir a ese hecho bélico simplemente se mantuvo quieto, esperando a que ignoraran su presencia, estaba seguro que no encontraría alguna clase de piedad. Pero mientras no le hicieran daño fingirá que es un muerto más en los restos de esa casa.
Sin embargo, el sonido de la armadura le hizo notar que allí estaba uno de esos soldados, que se le plantó de frente. Lo cierto era que ya no traía toda la armadura, en cambio era cubierto por unas telas y que a diferencia de los demás soldados era más bajito
-tienes los mismos ojos - soltó con un tono de melancolía en su voz - de alguna manera, puedo verlos en ti -Se quedo mudo, porque en realidad ¿que podría decirle? -pero supongo puedes ser mi carta de triunfo, puedes venir conmigo por las buenas o por las malas niño
-¿yo? - preguntó intimidado
-si, tú - de un movimiento fluido ese hombre le tomó en brazos, cargándolo, examinando su rostro - algo flaco y pálido pero eso se resuelve con comida, no tienes mala cara
Lo que distinguió fueron unos ojos dorados y una sonrisa.
Estaba en una carpa, que tenía más comodidades, comida caliente por ejemplo. El otro ya no tenía esas telas que cubrían su rostro ni la armadura, estaba sentado a un lado suyo observándolo
-¿tu nombre?
-... No... No tengo - admitió triste, dejando el bocado
-¿no? Uh... - asintió pensativo - supongo que me tocara buscarte un nombre, aunque no estoy seguro de que podría ser lo ideal -La sonrisa del extraño fue algo que no espero, junto a la caricia en su mejilla -supongo que serás lo único que conserve de él... De ellos, te irá bien pequeño, sin embargo algún día quizás, lograre poner una corona sobre tu cabeza Dia Haruno
-¿uh?
-¿Vez? Soy malo para los nombres
Tenía ese sueño recurrente, como aquel otro donde aquel niño estaba.
El niño de cabello rojo era quien más le cuidaba, ocultos en esa pequeña casita se le hacía tan extraño el que pudiera vivir sin problemas. Aquel sitio era su hogar... Pero la calma se iba cuando él llegaba.
Aún con sangre de sus enemigos manchando sus pies. Zarc entraba en la que era su casa esperando verlo, no tenía muy claro el porqué, podía notar que le miraba extraño y eso le incomodaba.
-cada que vuelvo creces un poco más, que rápido cambian los pequeños humanos aunque sigues estando muy delgado
-así es su cuerpo hermano, no cambia aunque le des una montaña de comida - dijo el niño.
El pequeño era su "niñera" que le cuidaba cuando ese hombre no estaba, que era prácticamente siempre.
No podía decir que lo odiaba, era quien le había dado un hogar, educación y quien le tenía fe... Solo que a veces le mira de una forma que no sabe interpretar
Sueña que platica con él, que de sus palabras aprende mucho, estima a ese hombre que no cambia de apariencia.
Y luego, en sus noches más débiles
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Eternity's
Fanfiction"A toda persona que ames, tarde o temprano lo perderás... " Fue el único en no maldecir a quienes le habían hecho daño y lo último que salió de sus labios, lo que el viento llevó a esa persona fue "Te amo" -. -. -. -. -. -. -. -. - Advertencias Ard...