No se cuanto tiempo llevaba aquí, sólo se que no había querido comer, mi ropa estaba toda sucia y me sentía muy débil, aquel chico había venido varias veces, solo con la diferencia de que me pidió perdón y no había vuelto a golpearme, cosa que no hacia que dejará de odiarlo.
Sentía mis ojos cerrarse por la debilidad pero antes de lograrlo lo vi entrar a la habitación y suspiro. -Que quieres- pregunte y el sólo sonrió.
Me dijeron que te estás portando mal y que no has querido comer dije mirándola a sus hermosos ojos. -entre nosotros ella ha logrado gustarme-
Y no pienso hacerlo -dije mirando sus ojos ya que eran diferentes- uno era azul y el otro era mitad azul y mitad cafe, a pesar de odiarlo debo admitir que sus ojos eran hermosos-
Mira niñata si comes algo te soltare y te llevaré a mi mansión ahí podrás caminar y ser libre por los jardines, podrás hacer todo menos escapar -dije viéndola, era una buena oferta supuse que ella aceptaría y así yo lograba que ella comiera-
Me lo pensé y si estaba en su mansión tendría más oportunidades de escapar al menos allá no estaría amarrada así que asentí pero poniendo una condición. -comere pero en tu mansion luego de que me dejes darme una ducha- -dije tratando de sostenerle la mirada-
Aceptó, después de todo tu serás mi futura esposa lo se -dije sonriendo-
Me alegra que te guste soñar -dije mientras el me soltaba y al final salimos de aquel lugar.-
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Mi Síndrome De Estocolmo
Short StoryTe das cuenta de que tu vida es un desastre cuando te enamoras de tu secuestrador. Clary Morrison una chica de tan sólo 18 años dulce, amable, encantadora y creyente del amor de peliculas. Henrry Desmond el jefe de una gran organización de tráfico d...