Pasaron unos meses, y la recuperación de Alfred era completa, aún no había vuelto al trabajo, pero Amaia sí, con pequeños compromisos, así que el pequeño Carlos se quedaba con su padre.
Alfred tenía aparatos de rehabilitación, en casa, y como cada mañana se levantaba temprano para hacer sus ejercicios, aún mantenía alguna dificultad para andar, y aprovechaba que Carlos era tan dormilón como él, para realizarlos de buena mañana.
Carlos: ¡¡¡Buenos días!!!.
Alf: Hola campeón, espera que termine con este ejercicio y ahora te atiendo.
Carlos: Vale, papi, que fuerte, ¿pesa?.
Alf: Bueno, un poquito, pero esto es para coger mucha fuerza en las piernas,... ¿tu que haces despierto tan temprano?.
Carlos: Extaño a mami...
Ald: Sigues tan madrero como siempre, bueno campeón, sabes que estará una semana en Argentina, trabajando...
Carlos: Sí, papi, la extaño mucho, quero verla...
Alf: Yo también, quiero verla, pero esta lejos lo que si podemos es llamarla, pero más tarde, porque ahora, allá es todavía de noche...
Carlos: No, papi, quero hablar con mami...
Alf: ¡¡¡Ey!!!, (se bajo de la maquina y lo cogió en brazos) ¿qué pasa, hijo?, ¿por qué tanta insistencia en hablar con mama?...
Carlos: Papi... (escondió la cara entre sus manos y empezó a llorar) me duele mucho la tripita,... quero a mami...
Alf: Carlos, estoy contigo, dime donde te duele (le acostó sobre de él, en el sillón y le levanto el pijamita)
Carlos: aquí, papi, aquí,... llama a mami... por fa...
Alf: Hijo, tienes que estar empachado, anoche cenaste mucho, no vamos a llamar a mama, por una tontería...
Carlos: ¡¡¡QUERO A MAMA!!!.
Alf: ¡¡¡Ey, Carlos, no me chilles!!!, ¿por qué no quieres que yo te mire?, seguro que no es nada...
Carlos: Quero a mama,... quero a mami... quero a mi mamita...
Alf: Espera, voy al baño a por un poco de alcohol, para hacerte un masajito si no se te quita, llamamos a Aitana, y que nos acompañe al medico, espérame aquí...
Dejo al niño acostado en el sofá, este aprovecho para coger el móvil de su padre, y marcar la ultima llamada recibida, que por fortuna era de Amaia, en Argentina eran las tres de la mañana.
Am: ¿Diga?, Alfred, ¿a pasado algo?...
Carlos: Mami... (volvía a llorar)...
Am: (se levanto de golpe muy asustada) Cariño, ¿qué ha pasado, papa esta bien?, ¿qué ocurre?.
Carlos: Estoy malito, mami... quero que vengas... me duele mucho la tripa... por fa mami... quero que vengas...
Alfred entró en ese momento, y le arrebato el móvil, al niño, que lloraba aún más fuerte.
Alf: Cariño...
Am: Cielo, ¿qué pasa?, ¿qué tiene el niño?.
Alf: No sé, dice que le duele la barriga, ya sabes que dejaste a Aitana a nuestro cuidado, y anoche nos hizo una pedazo de cena, y Carlos repitió tres veces, creo que esta empachado, tiene la barriga inflada.
Am: Cariño, por favor, llama a Aitana, ahora mismo, y que os lleve al hospital, o a la pediatra, yo voy a ver el próximo vuelo para allá...
Alf: Amaia, por favor, ¿cómo vas a dejar la promoción, por un simple dolor de barriga?, llamaré a Aitana, pero no hace falta que vengas, si es algo peor te llamó...