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Otro día más,sentada en la misma silla,en el mismo lugar,preguntaron quien quería pasar al frente,todas ellas pasaron a cantar,tienen hermosas voces,todas me dejaron tan abajo aún cuando yo nisiquiera había participado.Esa chica rubia,con curvas exageradas canto hermoso,esa delgada chica con piel de porcelana también canto hermoso,y yo....yo solo estaba en el mismo lugar,con los ojos cerrados intentando dejar de temblar por el dolor de mi estómago.Nada raro sucedió,hasta que paso la hermana María al frente,una anciana con el corazon más sencillo y precioso de todos;y ella comenzó a hablar.

—Yo,yo me siento bien en esta noche,estoy muy feliz por todo y por todas sus bonitas voces—dijo sonriendo mientras contenía las lagrimas—Pero...aún no siento emociones,perdón,pero no me transmitieron nada.Saben,las voces no deben ser calladas—me miro—Voy a estar invitando a esta niña a que pase porque cuando está nena canta,hay hermano agarrese,esta nena no puede quedarse callada,ella no nació para eso.

Gracias hermana María,lo entendi,lo entendi todo.

Acá estoy,otra vez...escribiendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora