Capítulo XXIX

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[...]

—Quizás estés en alguno de los puesto de los Cinco Grandes, nunca se sabe— intentó animarla Valt Aoi.

Sin dudas, la semifinal había llegado demasiado pronto. Solamente cuatro habían logrado pasar, entre ellos: quien intentaba levantarle el ánimo, Lui Shirosagi, Shu Kurenai y Free de la Hoya. Ella, no lo había logrado.

Soltó un pesado suspiro a la vez en que volvía su mirada a su amigo, quien aún sonreía amablemente. Ella imitó la acción y le dio un pequeño abrazo.

—Gracias, Valt— dijo al separarse, mientras apoyaba una de sus manos en la cabeza del más bajo por unos centímetros.

—No es nada— sonrió ampliamente.

Y voltearon a ver a otro lado, a la vez en que la de cabellos castaños claros se tomaba de los codos, y se dirigía al balcón de la habitación de su amigo. Tenía miedo de encontrarse con su abuelo ya que, desde que se le había sido dado Fear Dragoon, no lo había vuelto a ver. Y basándose en las expresiones faciales de su hermana cuando se encontraban, al parecer el hombre no estaba tan feliz.

Cerró sus ojos cansada, percatándose que, desde el interior, Valt hablaba con Valtryek. Sacó de su cinturon a su bey. Desde hacía mucho tiempo que no hablaba con él, y sabía que debían tener una perfecta sincronización blader y Beyblade.

Estaba a punto de hablar, de soltar algunas palabras, pero el ruido de un helicóptero la detuvo.

Agarrándose de la pequeña pared y con uno de sus brazos sobre sus ojos para ver de qué se trataba, el de cabellos azules se acercaba gritando qué ocurría. Pero la sorpresa fue enorme al ver quienes estaban allí dentro.

[...]

Y soltó una risita. Ver a su amigo en ese tipo de apuros le causaba gracia, y a todos por igual. Elegir entre una comida u otra, era como el desafío final.

Soltó un pequeño suspiro para girar con una sonrisa a ver a los de cabellos negros, que tanto hablaban entre ellos, haciéndole una gran incógnita. Iba a acercarse a ellos a conversar un poco, ya que no los veía desde hacía un tiempo, y más al de los títeres, pero fue jalada de uno de sus brazos por los pequeños gemelos que querían jugar con ella.

—¿Y cómo has estado, ______? ¡Te hemos visto por televisión!— exclamaba Toko, feliz de ello.

—Me ha ido bien— sonrió ampliamente mientras desordena los cabellos turquesas del niño.

—¿Es verdad lo de Longinus? ¿Se ha roto?— preguntó algo preocupada Nika, mientras aún seguía tomando la mano de la chica, que los estaba llevando a dar un paseo.

—Sí, pero tengo un nuevo Bey ahora— asintió sonriente.

—¿En serio? ¡Queremos verlo!— eufóricos, hablaron al mismo tiempo mientras se detenían frente a la chica mayor.

Ella sonrió y tomó a su compañero renovado. Se lo depósito con cuidado en las manos del niño, mientras que ambos pequeños quedaban asombrados.

—Es parecido a un tipo Metal. ¡Hace décadas!— notó la de cabellos rosas.

—¿Sí?— dijo ella con una sonrisa viéndolo. Con suerte, o no, ese Beyblade podía desarmarse en tres piezas.

Estaban por pedir más detalles acerca del nuevo Longinus, pero una presencia hizo que ambos se distrajeran, para quedar viendo al muchacho que iba caminando a varios metros de ellos, sin notarlos.

—¿A-acaso... él es Free de la Hoya?— dijo sin más el niño, sorprendido por lo que veía.

La castaña clara asintió, haciendo que los gemelos se pusieran algo pálidos de la sorpresa.

—¿Podemos conocerlo, _____?— preguntó Nika, mientras hacía una cara tierna, acompañada de su hermano que no la dejaba atrás.

—Cla-...— antes de que terminara de hablar, los dos niños ya habían salido corriendo en dirección al blader, dejándola algo boquiabierta.

Dibujó una pequeña sonrisa, admirando como los hermanos Aoi detenían al chico, dejándolo algo confuso. La de cabellos castaños claros soltó una ligera risita para caminar hacia ellos tranquilamente.

Debía admitir que se sentía un poco nerviosa; no había hablado con él desde que ella había perdido. Pero, el lado bueno era que, estaba feliz de que el rubio hubiese llegado a la final.

—Uno a la vez— dijo con gracia al tiempo en que se detenía a unos centímetros de ellos.

—¿Y ellos quienes son?— preguntó viendo a los pequeños con los ojos un poco más abiertos de lo habitual, observandolos.

—Son los hermanos de Valt.

—¡Yo soy Toko!

—¡Y yo Nika!

—¡Somos admiradores tuyos, Free!— exclamaron al mismo tiempo, emocionados.

Se pudo escuchar otra risita de parte de _____, llamando un poco la atención del mayor, para volver a ver a los gemelos. Apoyó sus manos en sus cabecitas, para despeinarla un poco y robarles una risa juguetona.

Se abrió un poco el paso entre los hermanos para acercarse a la blader y detenerse frente a ella.

—Y tú, ¿eres admiradora mía?— preguntó con una pequeña sonrisa.

—Para nada— dijo cruzandose de brazos y girando un poco su cuerpo a un lado, excepto su cabeza ya que lo seguía viendo.

—¿Entonces a quien animaras en las semifinales?— volvió a preguntar, también cruzandose de brazos y acercarse un poco más a ella.

—A Valt, claro— dijo como si nada, viendo a los gemelos que sonreían por ese comentario.

—¿A mí no?— preguntó haciendo un puchero, provocando que la muchacha volteara a verlo.

—No.

—Mientes.

—Claro que no, nunca mentiría.

—Ya sé que me apoyaras cuando gane.

—Exacto, cuando ganes— recalcó —, ya que Valt te ganará.

Los niños se miraron entre ellos con una sonrisa para volver a ver la supuesta discusión.

—¿Quieres que apostemos?— dijo con una sonrisa confiada.

—Odio las apuestas— reafirmó con la misma mueca que él.

—Bueno. Entonces si yo gano, te invito a almorzar— sonrió más naturalmente.

—¿Acaso no escuchaste lo que dije?— dijo con gracia.

—Sí, pero te voy avisando— guiñó un ojo para dar una pequeña vuelta y dirigirse a donde tenía planeado antes.

Un ligero sonrojo se adueñó del rostro de la castaña clara, mientras que los menores dirigían sus miradas pícaras y divertidas a la chica.

LO SIGO SINTIENDO |Free de la Hoya y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora