Capítulo XVI

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Las voces de los demás miembros charlando con entusiasmo, hizo que las dos mujeres voltearan hacia las puertas a ver de qué se trataba todo. Y se llevaron una gran sorpresa cuando vieron, atravesarlas, al chico estrella del equipo. Había vuelto. Una gran sonrisa se dibujó en la cara de Ange para dirigirse a preparar un plato especial para el recién llegado, mientras que _____ se quedó viendolo con una sonrisa congelada, feliz.

Y claro, todo el bullicio que había, eran el resto de los miembros de BC Sol que lo seguían.

—Hola— saludó con una sonrisa mientras se detenía frente a la muchacha de cabellera castaña clara.

Le devolvió el saludo levantando una de sus manos, y con la misma mueca en su rostro. Él soltó una pequeña risita a la vez en que tenía su boca cerrada, más bien, una risa ahogada.

—He vuelto. No me volveré a ir— le comentó.

La blader no pudo evitar verlo con sorpresa, para luego dibujar una sonrisa emocionada y saltar a abrazarlo mientras chillaba. Al notar lo que hacía, se separó de golpe sonrojada por ello y desviando su mirada del rubio que ahora sí reía con normalidad, pero a su manera.

La joven Umari dirigió su punto de vista a donde se encontraban sus amigos, que la veían con picardía por el acto anteriormente hecho. Sin más, eso la hizo sonrojar más para ir rápidamente a donde estaba la chef del local.

[...]

Todos querían una batalla contra Free, ninguno quería quedarse fuera. Excepto ella. Lo veía desde la apertura que dividía la cocina del comedor. Sus brazos descansaban sobre el desayunador y tenía una sonrisa perdida, observada aquella escena, mejor dicho, lo observaba a él.

Le era divertida la situación. El blader estrella los ignoraba a todos, no quería ningún enfrentamiento por los momentos, quería estar en calma en su hogar.

Y, de un segundo para otro, todos se quedaron en silencio porque el ruido de que estaban llamando les llamó su curiosidad. En cambio, la castaña clara aún no se percataba de ello, hasta que todos voltearon a ver en dirección en donde se encontraba. Reaccionó para voltear lentamente a donde se encontraba la mujer contestando.

Se le notaba feliz, sin duda alguna. La idea de quién podría ser, se adueñó de los pensamientos de la muchacha. Los latidos de su corazón comenzaron a ser más rápidos y fuertes, se estaba poniendo nerviosa. La última vez que había hablado con su abuelo, estaba solamente ella y Ange.

—_____, te buscan— la gran sonrisa de la castaña mayor no hizo falta, dislumbraba por la emoción de haber hablado con aquel hombre.

Extendió uno de sus brazos, acercándole el teléfono a la chica que la veía nerviosa. Volteó a ver a todos que tenían sus miradas fijas en ella. Las de Valt y Rantaro eran de confusión como las del resto, excepto la de Free, que había alzado una de sus cejas sin entender que pasaba allí, y su mirada seria.

Y volvió a Ange que le había acercado, un poco más, el teléfono.

Tragó saliva y lo tomó. Estaba nerviosa por las miradas sobre ella, y más por lo que le diría su familiar que estaba en Japón.

—Hola, ¿quién habla?

Preguntó disimulando saber quién era, no sentía que era momento de que sus compañeros de equipo lo supieran.

—¡Tyson, _____! ¡Habla Tyson!- gritó enfurecido del otro lado, provocando que la muchacha alejara un poco el aparato de su oreja.

Giró sus ojos a ver cómo sus amigos ya comenzaban a entender de quién se trataba, y reían ante lo que pasaba, confundiendo a los demás.

—Esta bien, Tyson...— murmuró casi inaudible para que nadie lograse oírla.

—Ay... Olvídalo, tengo que contarte el por qué te llamaba— comenzó hablado el hombre mayor del otro lado de la línea.

Free echó su asiento hacia atrás para poder incorporarse y tomar la bandeja entre sus manos, y así llevarla al desayunador. Cuando la dejó reposando allí, recibió la mirada nerviosa de la muchacha. Algo ocurría, y eso no le agrado. Y salió de allí molesto, sabía que algo le estaba ocultando.

Ella soltó un pequeño suspiró desanimada para alejarse de todos y, dirigirse, a una esquina a charlar más cómodamente.

—¿Qué ocurre, Tyson?— preguntó hablando bajo, sabía que todos allí estaban prestando atención a la conversación.

—¿Qué esperan? ¡Hagan lo que estaban haciendo!— los regañó la chef por estar metidos en donde no los habían invitado.

De a poco, todos fueron saliendo de esa sala para ir a quien sabe dónde, dejando más tranquila a _____.

—¿Y ese grito?— preguntó confuso el antiguo blader.

—Nada, sólo... tú sigue— dijo la chica apurada.

—Esta bien. ¿Viste el torneo que organizó un tal Theodore Glass?

—Sí, ¿qué tiene?— preguntó sintiéndose nerviosa otra vez. Estaba esperando a que la regañara por no haber quedado para participar.

Pero no fue como lo pensaba.

—¡Eres invitada sorpresa!— la exclamación de parte del mayor, dejó atónita a la menor que provocó que su mandíbula cayera ligeramente por la sorpresa.

Después de todo, había terminado quedando para ese torneo. Su corazón nuevamente volvió a latir a no más poder, sentía que en cualquier momento abandonaba su cuerpo. Mientras que Tyson seguía dándole más detalles, ella no podía olvidar cada una de las palabras que le dijo que le cayeron como un balde de agua fría, del cual, aún no podía reacciona.

—¡Y hay otra sorpresa!

—No, por favor...— dijo pasando su mano libre por toda su cara con un poco de desesperación y queja.

—¡Iré a verte!— dijo súper feliz el hombre de edad avanzada.

La castaña clara no pudo evitar quejarse por aquello. No tenía planeado de que nadie más se enterará de quién era su abuelo.

—Pero se disimulado, no seas tan... tú— remarcó la chica avergonzada desde ya.

—Olvida que te obedeceré— rió para luego despedirse rápidamente y cortar la llamada.

¿Y ahora? ¿Qué haría para ocultar aquello? ¿Cómo haría para evitar a su abuelo? ¿Por qué tenía que haber quedado?

Soltó un pesado suspiro. Algo se le ocurriría, ¿pero qué?

LO SIGO SINTIENDO |Free de la Hoya y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora