Capitulo 35 Vamos a la luna.

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CAT.

Digamos que fui a la peluquería y por fin me arregle el cabello.

Me puse un platinado temporal.
Solo es por ahora.

Estoy con todos los de la banda en una fiesta de mi amiga Samy.

- Feliz cumple Samy.

- Gracias Cat. - la abrase y le di un regalo pequeño pero valioso. Diciéndolo con exactitud es un dibujo de ella.

- Cat hola compañera de mi alma. - Adrián me cargo y me dio vueltas.

- Te gusta? - señale a mi cabello.

- Claro señorita rara. - le di un sale. - solo bromeo.

- Ya se, loco. - salude a todos.

- Cat ya solucione mi problema amiga.

- Entonces? ¿Quién fue el afortunado?

- Analizando con mi corazón el elegido es Evan.

- Felicidades.

- Estoy super feliz.

- Y Andrés?

- Digamos que es novio de Clara.

- De quién?

- Si y ella no es tan mala como parece.

- Vamos a brindar chicas. - Drogo.

- Por? - dije.

- Todos tenemos novia.

- Ah si?

- Mira... Nicolas esta con Micaela, Sergio con Amber, Daniel con Elizabeth, Roma con Jack, Peter y tú solos, Miley con Adrián y Sofía conmigo. - Drogo.

- Necesito estar más informada.

- Exacto.

- Pues felicidades a todos.

Todos brindamos por los bellos momentos.

- Cat necesito tu ayuda no encuentro a San.

- ¿Cómo? no se supone que vino contigo. - le dije a la tal Elisa.

- Ayudenme todos por favor.

Todos fueron a buscar a San, yo me quede pensando un segundo y me dirigui hacia ese lugar.

SANTIAGO.

¿Dónde se supone que estoy?  porque todo es raro.

Entonces sentí, estaba parado justo frente a una barranca donde siempre había querido ir. Pude sentir el lugar como cuando era niño.

- ¡Santiago! - alguien grito detrás mi, al darme la vuelta resbale, sentí como una mano me alcanzo a sostener. - no lo hagas.

Empecé a ver borroso y poco a poco la luz me ilumino como un rayo de sol brillante. - Vos. - la mire después de tanto tiempo - Cat. - la acerque a mi. - Te encontré en el paraíso querida  pianista. - ella me sonrió y yo la abrase.

- Acaso me ves?

- Acaso no te puedes pintar tú cabello de otro tono?  - ella se separo de mi.

- No me lo creo ya puedes ver. - brinco sobre mi tumbandome a solo dos centímetros de esa barranca.

- Si pidiera un deseo seria volverte a ver y que vos me digas que no te has ido. - ella me abrasó.

- Sabes que es mejor que volver a ver.

- ¿Qué?

- Que lo primero que vea sean esos ojos y esa sonrisa que me enamora. - ella me miro confundida.

- No me dejes nunca más. - me miro y acerco su rostro de princesa al mio dándome un beso de amor verdadero. En aquel paisaje tan hermoso, solo imaginen una barranca y a nosotros a unos sentimetros la misma. Con un perfecto día donde se encuentra esa esperanza, otro arco iris rodeando la montaña de enfrente.

- La encontramos. - ambos miramos el arco iris.

- Una esperanza más de que esto es posible.

- Exacto mi pequeña pianista. -  volvimos a besarnos en aquella orilla.

- Ya todo puede ser posible.

- So si estamos estamos los dos.

- ¿Quieres alejarte de la orilla? - ambos miramos donde estamos sentados. 

- Si, eso aseguraria nuestra vida. - nos alejamos.

- Vamos a la luna.

- Directo a la luna. - grito ella.

- Solo hacia la luna.

- Vamos EN DIRECTO. - gritamos ambos hacia el cielo.

- Juntos hacia el cielo.

- Siempre juntos. - fuimos a un lugar hermoso donde se encontraba una cascada, ambos brincamos hacia ella,  caímos a un río donde se veían las luces de el anochecer junto con las estrellas.

- De ahora en adelante no hay más obstáculos entre nosotros. - dije.

- Eso es seguro.

- Me encanta poder ver ese brillo en tus ojos que iluminan esta hermosa noche. 

- Eres mi vida San. - se acerco a mi rodeandome por el cuello.

- Y tú descontrolas mi orbita Pequeña Pianista.

- Jamas cambiaría este plan Cara Linda.

- Yo tampoco porque eres mi unico plan.

- Te quiero.

- Nop, yo te quiero más Cat.

- Ahora entiendo lo que la gente busca... - dije.

- De que hablas?

- Las personas buscan el amor y hasta hoy me doy cuenta porque.
- Me dejaste sin palabras. - salto a mis brazos y ambos caímos al lago riendo y jugando como niños.

- Me cambiaste por completo Cat. - dije poniendo mis manos en su cintura.

- Tú me cambiaste desde el primer día que te vi. - rodeo mi cuello.

- Entonces señorita Rosevelt me concederia el honor de ser mi novia en esta linda noche.

- Mmm....

- Lo estas dudando?

- Puede ser...

- Solo di que si..

- Tal vez si pero tal vez no.

- A ver si con esto te convenzo. - me acerque a ella, la bese, ella no se aparto. Nos alejamos lentamente.

- Claro que acepto ser tú novia señor Cara Linda. - la tome por la cintura y la hundi bajo el agua bromeando. Luego la subi lentamente. - aquí esta su salvador Princesa.

- Mi héroe. - se acerco y me dio un beso en la mejilla.

- Sos la dueña de mi corazón señorita.

- Vos sos un ángel que conquisto mi corazón.

- Tú eres mi unico amor Rosevelt.
- Tú seras siempre mi unico amor.

- Dije que eres mi todo?

- No estoy segura.

- Pues mira... - señale a la luna. - esa es la esencia que tengo de la única chica que quiero.

- ¿Qué chica?

- Sabes quien es perfectamente.

- Espero ser yo.

- Eres solo tú.

Ambos seguimos mirando la noche pasar mientras estabamos recostados en el pasto.

- Somos dos. - dijo ella tomando mi mano.

- Somos dos. - entrelace mis dedos con los de ella.

Al fin un poco de paz en mi vida.

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