Oficinas del FBI de LA
Las oficinas estaban a unas manzanas del gimnasio por lo que no tardé mucho en llegar.
—¿Qué ocurre? —irrumpí en mi departamento. Parecía una batalla campal. Todo el mundo iba y venía a toda prisa, como si se estuviera acabando el mundo. Lo que habría dado por poder quedarme unos minutos más en aquel vestuario.
—Ataques, eso ocurre —dijo Octavia pasando por mi derecha; la seguí. Llevaba un pinganillo con micrófono en el cual hablaba mientras entrábamos a mi despacho—. Sí, claro. Ahora mismo —daba vueltas por mi estancia mientras ponía en orden todo el papeleo que me habían dejado encima de la mesa. Iba a ser una noche de las duras—. En unos minutos le informo —colgó.
—Desde el principio —le pedí que me explicara lo sucedido.
—Acabamos de recibir un ciberataque.
Espera, ¿qué?
—¿Aquí? ¿En la oficina? —Octavia asintió—. Esto es la ironía en estado puro —reí sarcásticamente—. ¿Qué tipo de ataque ha sido? —debía ponerme al día cuanto antes, mientras Octavia me contestaba, abría las carpetas para revisar los informes.
—Ha sido un ataque DDoS, no podemos recibir nada del exterior ni mandar informes. Nada. Los servidores han colapsado, están intentando solventar el problema, pero seguramente lleve toda la noche—. Me llevé las manos a la cabeza y giré sobre mí misma en la silla.
—Bajaré ahora con los informáticos —le anuncié a Octavia, que enseguida cogió su teléfono móvil para hacer otra llamada.
—Necesito a los técnicos abajo, ya —colgó—. Ya los tienes —se fue guiñandome un ojo y haciéndome un gesto con las manos para que respirara profundamente.
Me encaminé primero a los vestuarios del gimnasio privado que tenía la oficina para darme una ducha rápida y vestirme algo más decente. Iba en vaqueros y camiseta, pero mejor que el chándal era. Dejé mi sudadera en la taquilla, cogí mi busca y mi móvil y atravesé el caos de la oficina, dirección a la sala de servidores.
Esto era grave, muy grave. Que una oficina federal haya sido atacada con éxito, daba lugar a que cualquiera con capacidad se colara ahí. Teníamos información secreta y clasificada que solamente nosotros podíamos leer y tener acceso.
Sonó mi teléfono del trabajo, el único que tenía a mano en la oficina, era un número que no tenía guardado.
—Griffin —contesté seria y seca mientras bajaba las escaleras del edificio.
—Inspectora, escúcheme con atención, soy el Inspector Blake, Oficina de Washington DC, identificador 30704 —escuchaba atentamente. Este tío era un personaje, famoso en la base y en casi todas las oficinas del país—. Lo que ha pasado hoy en su oficina no ha sido casualidad. A la oficina de Washington han estado llegando varios avisos, las típicas cartas con recortes, sin huellas... Nada, como si hubieran aparecido por arte de magia. Ni siquiera los carteros las entregaron—carraspeé.
—¿Qué me quiere decir con eso Blake? ¿Por qué no se me ha notificado?—llegué ante la primera puerta de seguridad de la sala de los servidores.
—Sabe de sobra el nivel de seguridad que tenemos, hemos reclutado a los mayores expertos en seguridad, incluidos hackers que deberían estar entre rejas... Ha tenido que ser alguien de dentro, esto no se esperaba— por primera vez en la historia, le daba la razón a Blake.
—Le enviaré un informe mañana a primera hora, voy a arreglar esto—colgué sin esperar que él lo hiciera, no me apetecía nada seguir hablando con semejante personaje.
ESTÁS LEYENDO
Access Denied (NukaBlack y ClaudiaGalvezB)
FanficEn esta vida nadie es quien dice o aparenta ser. Todos tenemos nuestro pasado y nuestro lado oscuro. Lexa es camarera en una cafetería que queda cerca del gimnasio donde practica Yoga. Clarke, compañera de afición, vive para trabajar y darle caza a...