Los Laberintos del Amor

Capítulo IV

-¿Lonmore? Señorita Lonmore!

-Sí, dígame profesor, disculpe.

-Olvídelo señorita, sólo esté más atenta se lo agradezco. Bueno chicos eso es todo, hasta la próxima clase.

-Hey, límpiate la baba jaja.

Estúpido. ¿Ya que qué?¿ Acaso me dormí toda la clase? No puede ser, si sigo así ya vi perdido el parcial - Digo para mis adentros, pero el sonido de mi teléfono hace que salga de mis pensamientos y cuando lo reviso veo que ya tengo un millón de mensajes en WhatsApps en ellos de mi madre, Geigcha y del número desconocido que se la ha pasado toda la semana escribiendo me y al cual he dejado en visto, pero esta vez le respondo:

Número desconocido:
-Hola, sí se que soy insistente y algo fastidioso pero necesito saber que tan amigas son Geigcha y tú.

Dyba:
-Lo suficiente amigas. ¿Por qué? ¿Quién eres?

Número desconocido:

-Soy Georch el amigo de Hannibal. Estoy interesado en ella pero sé que por más alocada que sea no será fácil llamar su atención y es ahí en donde entras tú.

Dyba:

-Y según tú, ¿Por qué entro yo en ese asunto? Eso si te advierto, si eres de un año menor al de ella o eres un completo niñato ni porque le salves la vida te prestará atención.

Número desconocido:

-Tranquila ese no es el problema soy de años superiores, pero volviendo al tema, tú entras desde el punto en el que me ayudas a poder llamar su atención por lo menos lo básico para no llegar tan fuera de base, del resto me encargo yo.

Dyba:

-Vale te ayudo mientras no seas un psicópata o un acosador enfermo.

Georch:

-Tranquila que no soy nada de eso.

Dyba:

- Ujum... Bueno, hablaremos luego sobre mi amiga.

Georch:

-Gracias por tu ayuda.

Dyba:

-Dámelas cuando hayas tenido resultados con Geig.

Respondo los otros mensajes mientras camino hacia la parada, con suerte el autobús llega rápido y con puestos vacíos -¡al fin podré irme sentada!- pienso mientras me monto.

***
-¡Win! Pasa pues o te vas a quedar afuera? Así es chiquita buena chica. 

Toda esa bulla me indica que mi mamá ya ha llegado a casa así que bajo rápido de mi habitación.

-Bendición mamá.

-Dios te bendiga. ¿Cómo te fue?

-Chévere ¿Ya ti?

-Bien. Necesito que vayas a comprar unas cosas.

-Okey, dame la lista y las llaves del carro.

-Toma las llaves, la lista está en la cocina, y por favor ten cuidado con el carro.

-Esta bien mamá.

En instantes, así como llego al supermercado salgo con las bolsas en donde se encuentra todo lo solicitado por mamá en la lista y justo cuando voy finalizando las escaleras hacia el aparcamiento veo como se acercan Hannibal junto con su hembra en celo, siendo el primero quien se detiene a mi lado para nada más y nada menos que hacerme un scanner completo a lo que no reclamo ya que me da tiempo de saborear ese delicioso perfume que solo hasta ahora noto que usa.

-Hola Dyba, linda trenza.

-Gracias.

¿Dyba qué rayos te sucede? Pasas de deleitar superfume a ser cortante sin motivo. Nota mental: procurar tener menos encuentrosinesperados con Hannibal o sino empezaré a tener serios problemas con miscambios de comportamientos.

Hola, hola gente ¿qué tal?

Aquí un capítulo corto pero con valor.

Este no tuvo material visual como el anterior porque esta semana comencé semestre y ando ful, por lo que mi tiempo ahora es más limitado para escribir e ilustrar, pero no se preocupen, seguirán habiendo capítulos aunque no sean los jueves como ya es costumbre.

Dicho esto, sigamos.

¿Qué piensan a cerca de los encuentros entre Hannibal y Dyba? 

Cuéntenme.

Como saben dejen su voto y comentario de que les parece.