red moon cap3

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Sin un adiós...

Ilusionado había quedado, una ilusión del cual buscaría salvarse. La sonrisa perduró en los cerezos del inmaduro omega mientras sus hormigueantes yemas no dejaban de tocar sus algodonados labios levemente agrietados por la inocencia perdida, un sutil roce de labio contra labio, fundiéndose en un beso sin destreza, habían desencadenado el vértigo en su sistema anulándolo de la realidad. El padre de HoSeok solo lo observaba sin comprender, preocupado tal vez,  por lo atontado que se veía su cachorro que ni siquiera notó cuando apagó el motor del vehículo al llegar a casa.

¿Te vas a quedar así, pequeño? —cuestionó YunHo desordenando los cabellos de su hijo, que solo tras esa acción reaccionó.

¿Eh? Sí, sí, sí —torpemente respondió sin borrar su enorme sonrisa, descendiendo del auto para correr a casa entre pequeños brincos.

Los suspiros inundaron la habitación de HoSeok que rememoraba el contacto de la boca del azabache contra el suyo, moviéndose a un compás desordenado, pero inmerso en explosiones artificiales que agitaban su corazón puro. En la cena los padres del futuro omega, lo cuestionaron  sobre su reciente actitud sin lograr que el sello de los labios de su hijo se rompiera. Curiosos quedaron. Cuando el manto de la noche cubrió el cielo llevándose los últimos murmullos, HoSeok se abrazó a una almohada y hundiendo su rostro sobre este, permitió a Morfeo arrastrarlo al mundo de los sueños donde esperaba encontrarse con JungKook.

La mañana siguiente, el chiquillo de hebras plateadas atormentó a su padre para apresurarse para ir a la escuela y ser uno de los primeros en llegar. Parado en la entrada de la escuela, HoSeok esperó a su querido azabache que no apareció, ni ese día, ni al siguiente, ni al otro y la idea de que se escondiera por estar avergonzado por el beso cruzó en sus pensamientos, sin embargo, cuando la semana pasó, se armó de valor para ir hasta el salón del azabache y acercarse a uno de los compañeros de este.

Disculpa ¿sabes por qué JungKook no ha venido? —le preguntó a la primera chica que vio, JinHee era su nombre.

Él ya no estudia aquí, se fue de Gwangju —responde déspota mirándolo con indiferencia antes de marcharse moviendo sus inexistentes caderas.

El brillo de sus perlas azules desvaneciéndose, expresaron el dolor sin la necesidad de articular palabra alguna. Él, su otra mitad, su destinado se había ido sin darle un adiós. YunHo esta vez realmente se preocupó como nunca cuando su cachorro apareció frente a él con las mejillas empapadas de lágrimas que fluían a cántaros. Ni el abrazo de su padre acobijó su inmaduro lobo omega que sufría el abandono de su alfa.

Esta vez los padres no cuestionaron a HoSeok, solo lo cuidaban durante días y noches donde sollozaba a causa de la partida de JungKook. Ni en sus vacaciones accedió a salir de su habitación, atrapado por la depresión de haber sido dejado por su alma gemela.

Durante dos años, vivió agobiado por la partida de JungKook y el resentimiento por el abandono creció, opacando esa ilusión que alguna vez existió dentro de su ser. Al cumplir sus quince años, su presentación reveló que era un omega y su celoso padre, compró un collar de cuero anti-mordidas para que protegiera su cuello de algún alfa imbécil, como así solía llamarlo, solo él mismo poseía la clave para quitárselo. Su presentación solo avivó sus atributos, sus rasgos comenzaban a madurar junto a su cuerpo que lentamente se convertía en el deseo de una gran cantidad de alfas que alababan su diferencia, pues no existía un omega como HoSeok. Su popularidad se había disparado y como consecuencia, diferentes alfas lo acosaban y ansiaban adueñarse de él, considerándolo un regalo de la luna y uno que otro trató de someterlo, llevándose como sorpresa que la voz de mando no era efectivo en su persona.

A los diecisiete creyó que podría darle una oportunidad a un alfa que conoció al sentir una leve atracción, sin embargo, cuando el pobre alfa intentó tocarlo, HoSeok arañó inconscientemente la mano foránea. Su lobo omega no permitía que nadie tocase su cuerpo, ni en los días que estaba en su celo, ya que desde un día antes era como un perro huraño y rabioso. HoSeok no recordaba, pero al parecer su lobo aún sí como habían tratado de ultrajar su cuerpo en el pasado, por lo que los alfas que no fuera el suyo significaban peligro, además que su pureza y cada partícula de su ser solo le pertenecerían al azabache. Sin contar que su padre le gruñía a sus estúpidos pretendientes, que frente el alfa mayor inclinaban su cabeza y se iban despavoridos, burlándose de lo miedosos que llegaban a ser como un alfa maduro como lo era su padre.

HoSeok no pudo olvidar a JungKook, pero sabía que debía de superarlo, aún así ¿por qué su corazón seguía doliendo a pesar de los años? Incluso su lobo confabulaba con su corazón, rasgando el interior de su pecho, exigiéndole que lo busque, pero su lado humano totalmente testarudo y resentido se negaba a humillarse de nuevo, buscándolo. Porque tiempo después, notó que se había estado humillando buscando al azabache a pesar de sus rechazos.

A los dieciocho años comenzó a buscar para el siguiente año una universidad al no ser necesario el Junior college al querer estudiar danza, porque eso era realmente lo que amaba y sus padres, muy compresivos, solo lo alentaron a perseguir su sueño de ser profesor de baile. KyungHee university, ese sería su elección, sin saber que ese sería el lugar donde todo se desataría y un nuevo encuentro se avecinaría como tanto su lobo anhelaba.


Algo corto, lo sé, pero el siguiente
será más largo porque vendrá lo que
todos se imaginanㅋㅋㅋ. ^^

a thousand year love 🍂 junghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora