Mi cuerpo tiembla, mi cabello revolotea... Camino sin rumbo fijo. Caminé por tanto tiempo que me he perdido, nunca había llegado tan lejos.
Digamos que no hay delincuencia en mi cuidad y aunque así fuera no sería a lo que le temería. Hay algo, alguien, a quien todo mundo le teme. Es Clayton, nadie sabe quién es en realidad, lo que sí saben es que es un hombre a quien le gusta que lo respeten, es por eso que nadie se mete con él.
Es temido porque es muy poderoso, sus poderes los utiliza para la tortura. En realidad no sé exactamente. Jamás he salido de casa de día, con la civilización. Así que todo lo que sé de él es por pláticas entre mi madre y su pareja.
Hoy salí de casa, como me he acostumbrado los últimos meses. De noche se dice que él hace juegos con tortura, por eso la gente no sale. Yo en cambio no tengo nada qué perder.
Nadie sabe que hago esto, a mi familia no le importa y no tengo amigos.
Toda mi vida ha sido aburrida. Desde que mamá engañó a papá y él se fue a hacer otra familia yo me hice más rara... o eso creo. En realidad me da igual.
Me di cuenta de que no había manera de regresar. Así que seguí caminando, era divertido al final de cuentas, conocía la ciudad por donde he vivido toda mi corta vida.
—¿Qué haces caminando sola por la noche, ah? —se escuchó una voz masculina. Me giré hasta donde provenía aquella voz. Era un hombre de unos treinta años, recostado con su mano sosteniendo su cabeza sobre un auto. Me comencé a asustar —no, no temas, no te haré daño... amenos de que así lo desees —di un par de pasos hacia atrás cuando él dio un brinco del auto y se comenzó a acercar. Se mantenía con una sonrisa y yo trataba de no huir. Él una vez cerca de mí me comenzó a olfatear, como si estuviera disfrutando mi olor. Cerró los ojos y después de un rato los abrió de nuevo, pero esta vez sus ojos eran de un color azul.
Él se seguía acercando y yo retrocedía hasta el punto de no poder hacerlo más por la barda detrás de mí. Mis manos tocaban la fría pared detrás y mis ojos estaban sobre los suyos. Él tomó una de mis manos y yo ahogué un grito.
Miró mi mano y luego regresó su mirada a la mía. Sonrió y cerró sus ojos. Mi corazón aún estaba muy acelerado y de pronto, así de la nada, dejo de hacerlo. Todo se volvió oscuro, mi cuerpo estaba frío y no temblaba más. Sentía como mis ojos se relajaban.
Y después de sentir todo aquello, mi corazón dolió, como si hubiesen clavado una estaca en él.
Era como un sueño, comencé a ver la vida de alguien. Como si de una película se tratara.
El niño sacaba fuego azul de sus manos y hacía formas de animales. Los demás niños se burlaban de él. Él todas las noches lloraba. Sus padres lo llamaron fenómeno y lo llevaron a un psiquiatra infantil, donde pasó su niñez y juventud triste. Cada día lo vigilaban y si lo encontraban haciendo "brujería" lo castigaban. El niño sufría mucho.
Al tiempo, aquel niño desarrolló sus poderes, no sólo era fuego, él podía hacer lo que quería, si quería ser rápido lo era, si quería ser invisible lo era. Pero tenía un defecto, era muy vengativo y asesinó a todos los que fueron malos con él, incluyendo su familia.
Ese niño... ese niño era Clayton.
Abrí los ojos y él aún estaba frente a mí. Sonriendo.
– Ahora sabes todo de mí... – se giró y comenzó a caminar – al fin te he encontrado.
– ... ¿Me has encontrado? – algo le pasaba a mi voz, tampoco me sentía nerviosa, y no tenía emoción alguna.
– Tu corazón – se giró con velocidad y puso su dedo en mi pecho – tu corazón es muy débil. Y yo te necesitaba – quitó su dedo y sonrió – te he heredado mis poderes, eres igual que y...
– ¿Una asesina? – dije y él puso su mano en mi boca.
– Es por eso que te he mostrado mi vida – me rodeó con sus brazos y sentí como nos despegamos del suelo.
Llegamos a un lugar oscuro, yo podía ver sin dificultad. Clayton se acercó a la que supuse era la cocina.
– ¿Taza de sangre? – alzó una copa con liquido rojo, sonrió – sólo es un poco de vino – me entregó la copa y tomó asiento en un sofá individual. Se cruzó de piernas y me pidió que tomara asiento en el sofá vacío – Por un tiempo te he sentido, tu corazón es diferente al de todos aquí. Es más frágil, vulnerable. No sabía realmente quién eras y jamás te había visto. Ahora que te encontré no pienso dejarte ir, te cuidaré y tú a cambio servirás para mí. Vas a ser mi aprendiz y quiero que todo lo que te pida que hagas lo realices...
Clayton me contó de todo lo que debía hacer. De lo que él realmente hacía, sobre las personas que asesinó. Él dijo que todo quien moría por causa de él era maldito, personas que de alguna manera hicieron algo malo, lastimaron personas, entre otros delitos. Me contó por qué asesinó a sus padres y lo que había hecho todo ese tiempo, lo que aún hace.
Me habló de lo que haría ahora yo, primero sería su aprendiz, me dijo que todos mis sentimientos y emociones se fueron, prácticamente no podría sentir nada, que con el tiempo, conforme aprendía a manejar mis poderes, empezaría a sentir.
Me dijo que ahora yo soy una gran parte de él, no puedo dejar que algo me pase porque a él también lo afectaría. En cambio, si algo le pasase a él, yo me haría más poderosa.
