*Ya vieron la foto, asi es como quede despues de leerlo :v*
Calle
Ma-ta-do.
Yo había asesinado a un hombre.
El pánico se apoderó de mí. A mí alrededor todo lucía tan confuso.
Sólo pude reparar débilmente en los hombres que entraron corriendo, guiados por Paula, en el griterío que inundó el lugar, y en Pocje, que me tomaba en brazos, hablándome.
No podía oír lo que decía. Sólo veía sus labios moverse frente a mí, como en cámara lenta.
Las imágenes estaban distorsionadas, y comencé a hiperventilar.
Poche seguía hablándome, con los ojos fuera de lugar.
Luego todo se volvió negro
.
Alguien estaba acariciando mis cabellos acompasadamente.
Poche, era Poche. Me abrazaba por detrás, mientras me consolaba tiernamente.
Olía a casa.
Me giré entre sus brazos, y me encontré de lleno con sus preciosos ojos verdes y su rostro, algo más pálido de lo normal.
Poche no dijo nada, y yo tampoco lo hice. Nos miramos durante minutos, en silencio, evaluando el estado del otro sin decir palabra.
Sin previo aviso, el horror me golpeó con fuerza.
-Sh, tranquila.-Poche me estrechó contra su pecho, mientras sollozos desgarradores escapaban de mi pecho sin control.
-A.. Anto.-Logré susurrar entre lágrimas.
-Está con German, dejé a cinco guardias protegiendo a German cuando nos fuimos. Los llamé, nada sucedió allí.
Me sentí más aliviada, pero el espanto seguía allí, muy presente.
-Mis manos.-Murmuré, contemplando las palmas de mis manos con los ojos muy abiertos.
-¿Qué sucede con ellas?
-Están manchadas de sangre.-Susurré, y Poche las tomó entre las suyas, acercándolas a su boca para besarlas, primero una y luego la otra.
Las levantó, examinándolas cuidadosamente.
-Yo no veo ni una sola mancha en ellas.-Declaró cuando hubo terminado, y volvió a estrecharme entre sus brazos.
Rendida, me dejé rodear por aquella bruma de dolor, sollozos y palabras de consuelo susurradas.
-Esto tiene que parar.-Susurré finalmente, cuando mis ojos ya estuvieron irritados por tantas lágrimas derramadas.
-Ya hablamos sobre esto.-La sentí tensarse bajo mis manos, pero su voz no sonó brusca como pensé, simplemente decidida.
No lo haría.
No lo intentaría.
-Necesito darme un baño.-Mascullé, y ella se relajó ante el cambio de tema.
Se incorporó conmigo en brazos, y me cargó hasta el cuarto de baño.
Con paciencia, me ayudó a despojarme de mi vestido, y luego me miró fija.
-¿Quieres que me valla?
-No.-Respondí al instante.-Quédate.
La necesitaba ahora.
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Mía || Adaptación Caché
FanfictionSecuela de Suya: Maria Jose Garzon tiene a su hija y al amor de su vida junto a ella. Nada puede andar mal... ¿O sí? En la mafia, los problemas no son algo que se ausenten por mucho tiempo, y cuando ciertas realidades golpean duro a la pareja, ¿Podr...