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#3

Tock Tock.

— No quiero hablar con nadie, vete— musito con desgano antes de secar bruscamente mis lágrimas.

Sé que se preocupan por mí, pero yo... Necesito espacio.

Y no me lo están dando.

A estas alturas de mi vida todo me repudia, incluso yo misma me doy asco. Sólo soy un manojo de nervios y depresión, con un embarazo de por medio.

Simplemente me hacía daño mantenerme cerca.

Todo sucedió tan rápido, ni siquiera tuve tiempo de explicarme... Aunque claramente nadie me iba a hacer caso; yo misma fui quien se hundió sola, tanto que incluso arrastré a otros conmigo en mi dolor.

Terminé alojada en la casa de dos personas a quienes lastimé y viceversa. Si el mundo siempre ha sido un pañuelo, entonces mi vida es un maldito y pequeño trapo que pasan por todas las superficies hasta que logra desgastarse.

Pero aún así me lo merezco; sólo que...

La puerta fue abierta nuevamente, por lo que; en mi deplorable estado actual, ni me molesto en girar mi cabeza hacia la misma. Lanzo un suspiro tembloroso cuando escucho sus pasos cautelosos, sabía perfectamente quién era; así que simplemente hundo mi rostro en la almohada.

— Hey, Soosie...

Esa voz y esa dulzura incomparable.

— Por favor— suplico esta vez con mi voz temblorosa— Necesito estar sola— dictamino, acariciando con disimulo mi vientre cuando me giro boca arriba con cuidado; terminando por mirar hacia la nada.

Sé que ni siquiera se nota, pero había estado pensando un gran y enorme rato sobre mi situación... Sobre mi bebé.

Había reaccionado mal por la impresión, pero tengo muy en cuenta que esta criatura no tiene la culpa de nada, independientemente de quién sea su padre, no pretendo que lleve el peso de mis antiguas y malas decisiones. No me siento cómoda cuando pienso en la idea deshacerme de él o ella, además de que es lo único que me queda.

¿Cómo estoy tan segura? Simplemente lo sé.

Aún así, si no quiero que todo termine siendo consecuencia de otro mala acción en mi vida; me veo en la obligación de hacer a un lado todo este ciclo de auto compadecencia. Aunque me duela, debo caer en la realidad de que, si quiero hacer las cosas bien; debo comenzar por cuidarme, porque actualmente este cuerpo ya no es sólo mío.

— Yo...— lo escucho titubear— Iremos a cenar fuera...— finalmente me dice, acercándose un poco más antes de quedarse en su lugar con un claro sentimiento de incomodidad; yo le miro de soslayo antes de asentir.

Ni siquiera me interesa.

— Yo quería saber...— aclara su garganta— Más bien, queríamos saber— rectifica con nerviosismo— si te apetece salir un rato con nosotros a comer pizza, ya sabes, donde siempre— me invita, terminando por hablar en un tono muy bajo antes de relamer sus labios y mirarme nervioso, esperando mi respuesta.

La confrontación que ayer tuve con TaeHyung me decía que posiblemente sea él quien esté enviando a JungKook, por lo que, por lógica y orgullo; debo declinar la oferta, pero por otro lado...

Definitivamente ya no podía echarme a morir.

Termino por darle la cara, mirándole directamente a sus ojos de color miel.