Deseó Eterno.

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Alec estaba molesto, Magnus no respondía sus mensajes desde la cita que habían tenido. Magnus era la clave en todo esto y su plan se estaba llendo por la basura.

Mientras Magnus admiraba el último mensaje de Alec. Camille estaba dándose una ducha.

Entre las sábanas algo vibro. Era el celular de Camille. Era extraño ya que ella siempre llevaba su celular a todos lados.

Lo tomo y lo prendió. Al parecer no estaba bloqueado.

Vibro de nuevo y venía un mensaje nuevo.

Ralf Scott.

Desaste de tu estúpido esposo, para así tener sexo en tu jacuzzi.

Magnus sintió un golpe en el corazón.

Abrió la conversación completa y descubrió que Camille llevaba engañandolo mucho tiempo.

Camille salió y vío a Magnus con su celular. 

Magnus no dijo nada, dejó el celular sobre la cama y salió de la habitación. Fue a la cocina y tomó su celular y las llaves de auto.

Cuando pudo alejarse de su casa se detuvo a compra una botella de Vodka y envío un mensaje.

De: Magnus.
Para: Alec.

Te veo en el UMBRELLA en 1 hora.

Y envío el mensaje.

Para cuando llegó Alec, Magnus ya estaba ahí tomando su taza de café.
Era tan tarde y pronto cerrarían la cafetería. Magnus se levantó y cuando iba a saludar a Alec, este se desplomó sobre el piso.

Alec logró sostenerlo antes de que cayera.

— Estas bien?— preguntó Alec algo preocupado.

— Si!— Magnus respondió.

El aliento a alcohol de Magnus, Alec lo percibió.

Tomo a Magnus, pago la cuenta y salió con el.

Traía su auto.

— Te llevo a tu casa?— preguntó Alec.

— No! Tal vez deberíamos ir a la tuya.— dijo Magnus en modo coqueto.

Alec no discutió y comenzó a manejar.

Para cuando llegaron a Magnus se le había bajado algo del efecto del alcohol.

La casa de Alec estaba por una zona de ricos. Parecía extraña, tenía pinta de estar abandonada. Estaba pintada de color blanco y el tejado era de color azul rey.

La puerta rechino al abrirse, toda la casa estaba oscura, solo la iluminaba la luz de la luna que se fugaba de las grandes ventanas. Alec se quitó la chaqueta y se estiró para encender las luces, eran de un tono amarillo cálido. Las paredes eran de un tono anaranjado como las hojas que caen de los árboles en otoño.

Magnus sintió una ráfaga de frío y se cubrió a si mismo.
Alec lo noto y se dirigió a encender la Chimenea. El suelo era de madera.

Magnus se colocó cerca de la chimenea, sobre el tapete enfrente de ella, intentó mantenerse en calor cerca de ahí.

Alec fue por una manta, cerca del estante al lado de la chimenea estaba un marco con la foto de Máx y Lydia, se estiró rápido hacia ella para quitarla, mientras iba caminando, se iba deshaciendo de las fotos, no quería que Magnus sospechara.

Trajo una manta para que Magnus se cubriera. Fue y trajo un vaso de agua.

Magnus se sintió agradecido de no haberlo pedido y que Alec supiese.
Y se sentó a su lado en el piso.

Magnus bebió un trago mirando hacia el fuego. De pronto comenzo a sentir calor.

— Puedo... quedarme aquí? ¿Hoy?— dejo el vaso a un lado y se giro para encontrarse muy cerca de Alec.

Era raro, Alec sentía calor. Sus manos sudaban y su corazón comenzaba a latir muy rápido. Antes de salir por Magnus el también había bebido, lo hacía mucho últimamente pero ahora no estaba seguro de sí el efecto seguía presente. Apagó las luces, dejando iluminar la luz que provenía de la chimenea.

— Puedes hacer lo que tu  quieras!— susurro Alec suavemente, sorprendiendoce de sus palabras.

— Lamento molestarte es solo que no quería estar cerca de mi esposa.— se giro de nuevo a mirar el fuego.

Alec sintió curiosidad, después de todo su misión era sacarle información sobre Camille.

— Discutieron?— intento preguntar sin urgencia.

— Por años siempre me eh sentido atado a ella, siempre a su sombra y ella siempre me ha manipulado, pero no fue por que no lo viera, era que no me quería dar cuenta por que en el fondo lo sabía, sabía que ella era un monstruo es solo que no quería aceptarlo.— Las palabras de Magnus sonaron melancólicas. Una sensación en el corazón de Alec hizo hacerlo entender. Camille había lastimado a Magnus por dentro, y también había lastimado a Máx en una forma física pero había quebrado a Magnus emocionalmente, el no tendría por que pagar por los pecados de Camille.

Estaba tan cerca de Magnus que podía percibir su aroma a sándalo, lo que hizo que se sintiera mareado.

— No te merece!— intento gesticular Alec. Magnus se giro mirando los ojos azules de Alec, tenían un brillo sobre ellos.

Alec estiró la mano hacia el rostro de Magnus para tocarlo delicadamente con el dorso de su mano. Magnus se quedó sin aliento y Alec comprobó que la piel de Magnus se sentía suave debajo de su toque, como lo había imaginado.

Magnus se acercó a él, llegando solo a una distancia dónde sus respiraciones se encontraban y chocaban entre sí.

Alec sintió una especie de adrenalina recorrer todo su cuerpo, haciéndolo sentirse vivo. Postro sus manos sobre la cadera de Magnus y lo acercó a él, juntando sus labios con los de el. La boca de Magnus era cálida, y se sentía bien estarlo besando. Era como una pequeña satisfacción que se había estado tomando toda una eternidad en ser descubierta.

Empujó a Magnus contra el piso sin romper el beso y las piernas de Magnus rodearon las caderas de Alec.
Se separó un segundo de la boca de Magnus, tomando una larga respiración y miro los ojos de Magnus. Estos parecían destellar de deseó. Sus bonitos ojos dorado con verde.

Alec sintió los largos dedos desabotonar la camiseta de algodón que llevaba puesta. De un tirón y con fuerza rompió la camisa de Magnus, haciendo saltar los botones a su alrededor. Postro sus manos sobre el abdomen, la piel caramelo brillaba con el fuego de la chimenea y la oscuridad de la casa.

Volvió a besarlo con fuerza ya que ahora estaba seguro de que el deseo era mutuo, no se habia dado cuenta hasta ahora. Sintió las manos de Magnus baja hacia su cinturón, desabrochando su pantalón. Comenzó a dejar un camino de besos sobre el pecho hasta llegar a su vientre, el cuerpo de Magnus se contrajo hacia el piso.

Esta noche estaba siendo especialmente rara para Alec pero no podía negar que se sentía bien. Se sentía bien besar a Magnus, se sentía bien estar dentro de Magnus y también se sentía bien las caricias de Magnus que se sentían honestas. Jamás había sentido algo así por alguien. Ser tocado por alguien a quien deseaba, el siempre había pensado que jamás podría llegar a tener algo así en su vida, pero jamás lo había deseado y ahora si, lo deseaba y también deseaba a Magnus.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2019 ⏰

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Asesina Obsesión [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora