Tenía puestos mis lentes para leer mientras Cherry y Dean jugaban a las preguntas, sabían todo sobre cada uno y aun así pensaban que podrían saber más.
“Todos guardamos secretos” Me había dicho Dean cuando le había preguntado por qué lo seguían haciendo.
Sí, todos guardamos secretos pero ese es el punto, son secretos que no pueden ser revelados a menos de que sean descubiertos, no contados por ti, descubiertos por alguien.
Me levante del sofá y quite mis lentes para leer para luego guardarlo en el pequeño cajón del velador. Me volví hacia a Dean y Cher. Reían y se burlaban.
—Voy a salir—les avisé.
Ellos asienten con la cabeza, ignorándome por completo. Me encogí de hombros y agarré mi bolso. Abrí la puerta con las llaves nuevas que me había regalado Dean y salí, el aire me golpeó de inmediato y algunos cabellos se metieron en mi boca, arrugué la nariz ante aquello. Bajé corriendo las escaleras, saludé al recepcionista y éste me devolvió el saludo con una sonrisa.
El viento desordenaba mis cabellos, corrí para atrapar al taxi y entré al lado de aquel señor.
—¿Freddy? —pregunté frunciendo el ceño.
—Oh, hola, querida—saludó—. ¿Dónde te diriges?
—Al centro… de Londres—tartamudeé.
Él me brindó una sonrisa amable para luego arrancar.
Me dio miedo enseguida, sospechando extraño sobre Freddy pero luego sacudí la cabeza, claramente fue una coincidencia.Suspiré cuando llegamos, le pagué y me despedí.
Caminé hasta encontrar las tiendas de música, escogí la mejor. Su ambiente era fresco, frío y no un poco caluroso como fuera. Estaba lleno de artistas viejos reconocidos, las paredes eran de un raro color piel y los trabajadores tenían uniformes de colores: negro, rojo y blanco a rayas.
Busqué con la mirada una estantería en la que hubieran mis cd’s preferidos hasta que la encontré. Agarré un CD de la estantería que era de música clásica y se la entregué a la cajera. Le sonreí pero ella solo masticaba chicle. Sus ojos parecían cansados y antes de que pasara el CD por la caja registradora, una mano se lo arranchó y otra mano enredó mi muñeca.
La chica le dio poca importancia cuando aquel idiota me llevó a un punto muerto de la tienda a rastras.
—¿Me estás siguiendo? —le pregunté a Niall.
Él chasqueó la lengua divertido.
—No, cariño. Tú estás en mi lugar de trabajo—dijo, divertido.
Gruñí.
—No lo sabía—respondí entre dientes.
—Oh, bueno. ¿Escuchas está porquería de música? —me preguntó señalando el CD, claramente con asco.
Asentí con la cabeza, enfadada.
—No es una porquería—lo defendí.
—Claro que lo es. ¿Por qué no escoges el género rock? —demandó mientras me llevaba a las estanterías en los que están aquellos.
—No, no me gusta—contesté.
Niall giró los ojos, también tenía un chicle en su boca.
—Ya. Escucha a Nirvana, son geniales—hizo caso omiso a mi respuesta anterior.
—Ya te he dicho que no me gusta—dije tratando de quitarle el CD que compraría.
—O…—susurró en mi oído haciéndome estremecer y luego habló mordiéndome el lóbulo de la oreja—, AC/DC.
Me estremecí y di un salto hacia atrás para alejarme de él.
—No, maldito tonto, ya te lo he dicho.
—Bueno, no me queda de otra—masculló suspirando teatralmente.
No me había dado cuenta de que se veía muy guapo con aquel uniforme.
—Niña, ¿qué hace? Devuelva el CD hacia su estantería—me ordenó frunciendo el ceño.
Enarqué una ceja.
—No sé qué…
—¡¿Por qué ha querido robar el CD?! —exclamó.
Todas las miradas estaban puestas en nosotros. Algunos ya empezaban a mirarme con pena y repugnancia.
—Niall, ¿qué estás haciendo? —siseé enfadada.
—Tiene que venir con nosotros o llamaré a la policía—advirtió.Vi en que sus ojos burlones hicieron un baile divertido por estar ganando.
Bufé.
—Niall, basta—le pedí en un murmuro.
—Chrissy llama a la policía—ordenó hacia una chica rubia. Ella asintió y salió corriendo.
Abrí mi boca y luego le di un golpe.
—¿Qué te ocurre? —pregunté, enojada porque él estaba haciendo todo eso.
Él me agarró el brazo y lo apretó con fuerza discretamente haciéndome soltar un gemido bajo por el dolor.
—Usted se ha puesto violenta, tiene que venir conmigo—informó emitiendo una sonrisa torcida.
<<Sí, yo soy la violenta>>
—Niall, suelta mi brazo—rogué.
Él lo apretó más fuerte y vuelví a gemir poco audible para los demás mientras sentía como su agarre se hacía más doloroso.
—Me lastimas—solté con voz quebrada.
—Ven conmigo—hizo énfasis en cada palabra.Respiré agitadamente.
—No—dije con firmeza pero el miedo en mi voz era notable.
Me zarandeó hasta que me hizo caminar a la fuerza. Las lágrimas ya estaban cayendo por mis mejillas.
—Me lastimas—volví a decir.
Unos policías me sonrieron burlones y uno agarró mi brazo casi tan fuerte como el agarre de Niall.
—Venga conmigo—me ordenó el oficial.
Niall sonrió lobunamente. Él había ganado.
¿Sólo por no haber escogido su disco?
Mamá tenía razón, no debía meterme con los de su clase.
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Fall.
FanfictionEsto no se trata sobre como la chica cae y el chico la ayuda. En esta historia el chico hace caer a la chica.