Hoy al fin era día viernes me sentía muy cansada pero a la vez muy felíz, el director me había felicitado porque según el estaba realizando un muy buen trabajo en tan solo unos días, si bien es cierto supe llegar muy bien a los niños, supe entretenerlos en las clases para que todo fuera muy didáctico y no se sientieran aburridos, ya habíamos superado la etapa de los llantos cada vez que llegaban, ahora lo único que querían era venir a la escuela. Hoy la dirección del establecimiento organizo una cena para todos los profesores, asistentes, etc, ya eran las 9 de la noche y me encontraba estacionando el auto afuera de un restaurante muy lindo y elegante porque lo que se veía de afuera. En la entrada me encontré con Jenn que estaba esperándome porque no quería entrar sola.
- Al fin llegaste Terry.
- Lo siento Jenn, había mucha congestión. ¿Ya comenzó?
- No aún, pero vamos a sentarnos que muero de hambre. - Ambas reímos por eso, y es que era verdad en la semana apenas habíamos comido.
Entramos al lugar que esta reservado solo para nosotros por esta noche, allí ya se encontraban muchos de los profesores y profesoras en sus asientos. Nos sentamos tan rápidamente que nisiquiera me fije a quién tenía en frente de mí. Era ella la mujer que había estado esperando ver desde el primer día en que la vi salir de la oficina del director. Y es que durante la semana solo la había visto fugazmente porque estaba muy ocupada con los niños. No es que quisiera conquistarla y llevarla a la cama, no soy así, pero si sentía una necesidad de conocerla, además podria estar casada y ser completamente heterosexual. Pero en esta vida uno nunca sabe lo que puede suceder. Salude rápidamente a todos con un sutil buenas noches y mire a Jenn para conversar porque de pronto me sentía muy incomoda, la mujer que tenía en frente de mi me observaba casi sin un poco de disimulo. Durante 20 minutos estuve así, la miraba de vez en cuando y ella observaba hacía otro lugar. Jenn se levantó para ir al tocador y me quedé completamente sola ya que aquí no conocía a nadie más. Hasta que de pronto siento una voz femenina dirigiéndome la palabra.
- Tu eres la profesora nueva ¿Verdad? La del primer ciclo.- Oh por dios!! Su voz es tan delicada y sensual a la vez.
- Yo.. no, perdón si, yo soy la nueva profesora, es que no sabía si era la única nueva aquí.
- Si lo eres. ¿Como estuvo tu primera semana? He escuchado buenos comentarios sobre ti.- El director pensé.
- Muy agitada.- contesté riendo y ella se unió a mi risa.
- Los niños a veces suelen ser muy intranquilos ¿Como lo haces? Yo trabajo con niños pero ya más grandes y son más fáciles de controlar.
- Pues.. busco diferentes técnicas que los mantengan entretenidos, ya que cuando se aburren comiezan con el desorden.
- Ya veo, disculpa que maleducada he sido aún no me he presentado. Mi nombre es Carol Aird.
- Digo lo mismo.- contesté riendo.- Me llamó Therese Belivet, pero todos me dicen Terry.
- Therese, no Teresa, que hermoso nombre.
- Muchas gracias, lo mismo digo de su nombre.- Sonreí tímidamente, no me sacaba la mirada ni por un segundo, su penetrante mirada me ponía los nervios al extremo. - ¿Y usted tiene hijos?.- Tenía que aprovechar este era el momento preciso para saber de su vida.
- Si, tengo una hija y...
Sus palabras fueron silenciadas por la llegada de Jenn desde ahí la conversación se desvió a muchas cosas sin importancia, por lo menos ya sabía que tenía una hija, así que probablemente este casada y sea completamente heterosexual. La velada transcurrió tranquilamente hasta que llego la hora de volver a casa, todos nos despedimos y caminamos hacía nuestros autos. De la única que no me había podido despedir fue de Carol porque se dirigió al tocador antes de salir, pero el destino quería algo muy distinto, su auto estaba aparcado justo al lado del mío así que nos encontramos frente a frente.
- Entonces creó que nos veremos el lunes.- Comentó ella acercándose a su auto.
- Si, así es.- contesté sonriendo tímidamente
Se acercó a mi y depositó un beso en cada una de mis mejillas, mis piernas desde ese momento se convirtieron en gelatina.
Se subió a su auto, lo puso en marcha y se fue de ahí dejándome con el corazón literalmente en la mano, como odio ser tan intensa. Llegué a mi casa a eso de la 1 de la mañana, me saque la ropa y me metí en la cama, necesitaba descansar ya que este fin de semana sería largo, debía preparar muchas cosas para la decoración de la sala y además de revisar algunas tareas de los niños y preparar todas las cosas para la semana, así que apenas iba a tener tiempo de descansar, entre mis pensamientos de todo lo que había sucedido en las últimas horas me quede profundamente dormida con la imagen de su hermoso rostro en mi cabeza, pero ya tenía que sacarme esa ilusión de encima, ella probablemente en este momento debe estar en brazos de otro hombre tal vez de su marido.