Día de campo

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Pasamos directamente a las caballerisas dónde se encontraban todos los caballos, le pedí a uno de los empleados que preparará mi caballo y uno para Carol que fuera dócil, ya que no la subiría a un caballo que no estuviera domado y que fuera peligroso para ella. Después de unos minutos los dos caballos ya estaban listos, la mía era una yegua se llama Gitana, y la tengo desde los 15 años me ha acompañado desde entonces, le tengo un gran cariño ya que me la regalo mi difunto abuelo, así que espero que siga conmigo muchos años más. Después de estar listas salimos camino a un río hermoso que estaba ubicado en nuestros terrenos, era donde el ganado y algunos animales iban a tomar agua. En fín, recorrimos varias hectáreas hasta llegar al río, ahí nos quedamos aproximadamente una hora, Rindy esta felíz con cada cosa que veía se maravilla más y Carol se encontraba en la misma situación pero esta vez si la veía completamente felíz y no como cuando la conocí, ahora su sus ojos irradian un brillo especial, su rostro se encuentra totalmente relajado, hasta sus posturas son más relajadas, ahora realmente entiendo cuando me dice que conmigo no tiene que esconderse de quién es, que conmigo se siente totalmente libre y se siente ella. Eso me hace muy feliz pero no quiero que lo sea solo conmigo quiero que todo el mundo sepa quién realmente es ella, y ella se sienta bien con eso, pero como ya dije solo tiempo nos dara todo lo que esperamos con tantas ansias.
Cuando ya eran las tres de la tarde nos encontrábamos regresando los caballos al establo, ya nos moriamos de hambre sobre todo la pequeña Rindy. Al llegar a la casa, la mesa ya estaba lista y dispuesta para que nosotras nos sentaramos a comer, y así lo hicimos, nos lavamos las manos rápidamente y nos sentamos a la mesa, luego de comer Rindy subió a la habitación para dormir porque se sentía muy cansada y era lógico además se estaba recuperando de una gripe así que aún estaba un poquito débil. Con Carol nos quedamos en la habitación disfrutando del hermoso paisaje que teníamos en frente, debíamos aprovechar estos momentos donde podíamos estar las dos solas. Nos encontrábamos abrazadas en la cama sin decir nada, este no era uno de esos silencios incómodos, si no todo lo contrario, era muy placentero estar así con ella, con su brazo rodeando mi cintura y yo acariciando su cabello, podría hacer esto toda mi vida y jamás me cansaria o me aburriria.

- ¿Que te ha parecido el viaje?- Pregunté rompiendo el silencio

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- ¿Que te ha parecido el viaje?- Pregunté rompiendo el silencio.

- Me ha encantado, ni te puedes imaginar cuánto Therese.

- Me alegro mucho Carol, esa era la idea, además hemos aprovechado de compartir tiempo juntas.

- Si, definitivamente eso ha sido lo mejor.- Dijo depositanto un tierno beso en mis labios.

Poco a poco nuestros besos se fueron intensificando cada vez más, me sentía nerviosa y a la vez muy excitada, no era el mejor momento, sobre todo porque Rindy nos podría descubrir, pero la excitación claramente no nos dejaba pensar con claridad, de un segundo a otro ya tenía a Carol sobre mí besando mi cuello muy sensualmente, me sentía en éxtasis en este momento, hasta que unos suaves golpes y una voz diciendo mamá, nos hizo levantarnos rápidamente, acomodamos nuestra ropa y Carol abrió inmediatamente la puerta.

- Mami, ¿Porque la puerta estaba con seguro?.- Carol se quedo muda estaba nerviosa

- Porque estábamos conversando temas de adultos que los niños no pueden escuchar.- Dije acercandome a ella. La tome en brazos y la deje en la cama.

- Tengo hambre.- Dijo haciendo la cara del gato con botas.

- Bien entonces iremos donde la Señora Bennet para que te preparé lo que quieras ¿Vale?

- Vale.- Dijo emocionada.

- Entonces baja a la cocina nosotras iremos enseguida pequeña.

Rindy se fue corriendo y yo me acerqué hasta Carol que la notaba un poco tensa y la entendía perfectamente.

- ¿Estás bien?.- Pregunté abrazandola por la espalda.

- Si, es solo que me molesta, no saber reaccionar adecuadamente ante estas situaciones.

- Es entendible Carol, estamos recién comenzando tienes que darte un poco más de tiempo, debes acostumbrate, además debemos acostumbrar  a Rindy para que después no sea tan fuerte para ella, pero iremos poco a poco.

- Gracias por haber llegado a mi vida Therese, te necesitaba tanto en ella, contigo tengo la felicidad que nunca tuve.- Se dio la vuelta y unió nuestros labios en un lento y necesitado beso.

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