Capítulo 2

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  A la tarde siguiente, cuando Katsuki acudió a informarle de su trabajo, Kai se hallaba de muy bien talante. Se permitió pequeñas bromas, puso un disco de música rítmica. Poco después dijo:

   - ¿Sabes que te tomaron el pelo?

   - ¿Sí? ¿Cómo?

   - Esos tipos. Los que viste con Dabi.

   - ¿Sabes quiénes eran?

   - He comprobado la matrícula. La que me diste anoche. Envíe a Kyoto un cable especial y acabo de recibir la respuesta ¿No te imaginas a quién pertenece el coche?

   - Ni idea.

   - A Romero Fujimi.

   - Bueno, pues... parecía otro de ellos.

   - ¿Cuántas veces he de decirte que no te fíes de las apariencias. Fujimi y Shigaraki son parecidos.

   Katsuki se lo quedó mirándolo lleno de escepticismo.

   - Esas matrículas son de Yokohama ¿No te dicen nada? Los adinerados suelen tener matrículas de Yokohama.

   - Procuraré recordarlo.

   - Estupendo. Si logras recordar algunas cosas no tendrías que hacer de conductor para mí ni para nadie. Ah... como has hecho un buen trabajo no vengas mañana.

   - ¡Vaya, Kai! Gracias.

   - Estoy en deuda contigo. Vete y concierta una cita.

   Dentro de la gran habitación, Eijiro parecía aún más abatido que el día anterior. Se hallaba sentado y golpeando con un dedo una tecla del piano. Cuando Katsuki le.pudió que parase, le anunció:

   - Blasty, va a morir.

   - ¿Quién va a morir?

   - Ese chico. El que resultó herido ayer en el asalto.

   - ¿Como sabes que va a morir?

   - Por el doctor. Y por el aspecto de su cara.

   - ¿Dónde le hirieron?

   - En la cadera.

   - ¿Le han extraído la bala?

   - Entró y salió sola. Solo un pequeño agujero. No le duele. Él cree que podrá andar pronto. Pero los otros lo ven muy mal por detrás. Se le está poniendo negro. Están muy nerviosos. Mucho más que yo.

   Ante aquella noticia Katsuki se encogió de hombros sin añadir siquiera un comentario.

   - Esta empezando a delirar. No sé lo que harán con él los otros tres. Son capaces de cualquier cosa para que no se vaya de la lengua. No son más que unos chiquillos. Cuando tienen a un herido no saben qué hacer.

   - ¿No puedes sacarlo tú de allí?

   - ¿Y a dónde lo llevo? Blasty ¿Qué puedo hacer con él? No quiero volver a la cárcel.

   Cuando Eijiro abandonó la habitación, Katsuki se levantó de la cama, entreabrió la puerta y se puso a atisbar a lo largo del pasillo para asegurarse de que se había marchado. Luego cogió el teléfono, marcó un número y preguntó por Todoroki, Shoto Todoroki.


 Luego cogió el teléfono, marcó un número y preguntó por Todoroki, Shoto Todoroki

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