Capítulo 7

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   Katsuki se vio muy poco con Izuku durante los dos o tres días siguientes. Le había entregado una copia de la llave de su apartamento y, cuando llegaba, él estaba allí esperándolo. No obstante, Izuku insistía en que buscaran otro sitio para sus encuentros.

   - Katsuki, él lo sabe. La otra noche pude engañarle, pero ahora lo sabe. Tendremos que vernos en algún otro lugar. No soporto la idea de hacerle daño.

   Pero la mente de Katsuki estaba ocupada en otras cosas. Sobre todo con los periódicos, que no paraban de informar de cada uno de los movimientos de Chisaki. Dedicaban amplios espacios a sus manifestaciones. En general, tenían la impresión de que había sido traicionado. Pero él sabía ser un buen perdedor y esperaría a que llegara el momento oportuno. Katsuki miraba pensativo las grandes fotografías que le habían tomado y leía con atención los pie de foto.

   Aquella noche, en compañía de Aizawa, Karsuki visitó a su abogado, Tsunagu Hakamata. Aizawa y él fueron los primeros en llegar. Estuvieron deambulando por los pasillos hasta que se presentó Hakamata con paso ágil, abrió la oficina y les indicó con la mano que entrasen. Una vez de otro, encendió la lámpara del escritorio y dio comienzo a su relato.


   Aizawa iba muy triste cuando salió con Katsuki a la calle después de presionar infructuosamente a Hakamata para conseguir otro acuerdo. Katsuki, en cambio, parecía muy aliviado. Había seguido con interés las informaciones referentes a que Chisaki fue conducido por los federales, para que les dijera dónde tenía guardo los bonos y realizar con ellos una especie de pago de los impuestos que adeudaba.

   Justo cuando Katsuki estaba marcando el número de teléfono de Aizawa, sonó en el dormitorio el teléfono interior de la casa.

   - ¿Katsuki? Soy Izuku. No me encuentro en el hotel. Dispongo de otro lugar.

   - ¿Sí? ¿Dónde?

   - ¿Conoces el antiguo apartamento de Shoto?

   - Claro. Estuve allí una o dos veces.

   - Tengo las llaves en mi poder.

   - ¿Estas allí ahora?

   - No. Tiene cortado el teléfono. Estoy en el drugstore.

   - No me gusta esto.

   - ¿Por qué?

   - Porque es de él.

   - Shoto ya no guarda nada allí ni una sola cosa suya. Se llevó todas sus cosas  y no hay más que el mobiliario corriente. Además solo lo tiene alquilado hasta el uno de enero, y no faltan más que tres días para esa fecha. Él se ha olvidado del apartamento. Quiero decir que ya no vive en él.

   - Anda, Izuku, vente para acá.

   - Katsuki, prefiero no ir a tu casa. No se me olvidan sus golpes a la puerta y su llanto. Deseo tenerte cerca para poder abrazarte con tranquilidad.

   - Si lo dices de esa forma...

   - Te estaré esperando.

   - De acuerdo.

    En efecto, nada más entrar Katsuki, Izuku lo rodeó con sus brazos, y así, de pie, permanecieron unos instantes en el pequeño y deslucido recibidor. Estuvieron ceñidos en apretada unión hasta que fueron a sentarse en el sofá, donde Izuku lo estrechó mimoso hasta que consiguieron relajarse.

   - Izuku ¿cómo diablos has conseguido este sitio?

   - Por medio de un amigo mío.

   - ¿Quién es él?

Blood RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora